Zaragoza se despide de la Expo
Después de 93 días, la capital maña cierra las puertas de la muestra dedicada al agua
Efe Zaragoza
La Exposición Internacional de Zaragoza cerró ayer sus puertas después de 93 días de intensa actividad en el meandro de Ranillas, un espacio de 25 hectáreas junto al Ebro en el que han tenido presencia 105 países y que ha recibido más de 5,5 millones de visitas, un millón menos de lo previsto.
La muestra, celebrada con el lema Agua y desarrollo sostenible, se clausuró anoche con un acto presidido por los Reyes de España; el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el de Aragón, Marcelino Iglesias; y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, entre otras autoridades, que también la inauguraron la noche del 13 de junio.
Ese día culminaron más de tres años de trabajo en los que la ciudad ha sufrido una de las más importantes transformaciones de su historia, que comenzó el 16 de diciembre de 2004, cuando la Asamblea de Delegados de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) decidió en París que sería la capital aragonesa la organizadora de la Expo, imponiéndose a Trieste (Italia) y Salónica (Grecia).
Con el consenso de todas las instituciones, se desarrolló una labor diplomática y se consiguió la presencia de 105 países, tres organizaciones internacionales (UE, ONU y la Secretaría General Iberoamericana) y grandes empresas.
Sin embargo, ha habido ausencias destacables, como la de EEUU, Canadá, Australia, Reino Unido o Chile, países que podrían haber sido claves a la hora de compartir estrategias y soluciones globales sobre la gestión del agua.
Aunque los datos oficiales se ofrecerán hoy, la Expo ha recibido más 5,5 millones de visitas.
Desde la organización restan importancia a los números y se asegura que hay «satisfacción», e incluso el alcalde, Juan Alberto Belloch, ha insistido reiteradamente en que lo importante es que la gente salga de Ranillas contenta, algo que no podía ocurrir con una elevada presencia de personas en el recinto.
El primer día visitaron la Expo 40.183 personas, menos de los que se esperaba, pero su número ha ido aumentando paulatinamente hasta alcanzar el récord del sábado, con 133.536 visitas, y mantener cifras en torno a las 90.000 diarias en el mes de septiembre.
Los pabellones más visitados han sido los de España, la Torre del Agua y el de Aragón, además del Pabellón Puente de Zaha Hadid, con más de un millón de visitas, pero el éxito también ha acompañado a otros participantes, que han visto cómo cada día se formaban en sus puertas filas interminables, como es el caso de Kuwait, Japón, Alemania, Francia y México.
La Tribuna del Agua, el foro de debates de la muestra, ha reunido a 2.316 expertos, 17.000 personas y 422 ponentes de 148 países, entre ellos, personalidades como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el ex presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, el mandatario de México, Felipe Calderón; el príncipe de Holanda, Guillermo; y el de Japón, Naruhito.
La intención de los organizadores era no únicamente concienciar sobre el uso del agua, sino también divertir y, por ello, se programaron más de 5.000 espectáculos de música, teatro o danza.
Miles de personas han asistido a las actuaciones de Amaral; Bob Dylan; Enrique Bunbury y Gloria Estefan.
Conclusión
En la jornada de clausura, el ex secretario general de la UNESCO y presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza, leyó la Carta de Zaragoza, un documento que recoge el legado intelectual de la Expo, reconoce el acceso al agua potable y al saneamiento como un derecho humano que debe ser garantizado por los poderes públicos, y aboga por crear una Agencia Mundial del Agua que articule un marco normativo internacional.
El texto subraya que el acceso al agua potable y al saneamiento es un derecho humano, y advierte de que la sostenibilidad de la producción de alimentos está directamente ligada al uso eficiente de este elemento. Asimismo, expone que la unidad de la cuenca hidrográfica es el ámbito territorial más eficiente para aprovechar el agua y el que mejor permite resolver los conflictos entre países, regiones y usuarios.
El documento también dirige una serie de recomendaciones a los poderes públicos y los usuarios del agua, entre las que destaca la invitación a que los ciudadanos participen como corresponsables en la gestión integrada del agua y la sostenibilidad.
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