Y el avión espía leonés se cayó
Ocurrió el lunes. La nueva ‘joya’ del Mando de Artillería de Campaña con sede en Ferral se estrelló en Afganistán. Eran cuatro, quedan tres
M.C.C. León
Fue la ‘estrella’ del desfile de las Fuerzas Armadas celebrado el año pasado en León, se presentó como la gran adquisión para la base militar ‘Conde de Gazola’ de Ferral del Bernesga, el Ministerio de Defensa destacó que se trataba de la última tecnología militar cuando se supo que su primer destino era Afganistán… Todo fue bien hasta el pasado lunes. Al día siguiente, el Ministerio hizo público que uno de los cuatro aviones no tripulados (UAV) españoles, también conocidos como aviones espía, se había estrellado cerca de la base de Herat cuando realizaba un vuelo de ensayo.
“El avión se precipitó el lunescontra el suelo en las inmediaciones de la Base de Apoyo Avanzado de Herat y, aparte de daños en el propio avión, no se han registrado daños personales”, señaló la nota oficial entregada a Efe.
El pasado 15 de abril, los aviones no tripulados españoles desplegados en Afganistán realizaron su primer vuelo. Los vuelos de ensayo suelen durar unos 20 minutos y consisten en ascender a unos 3.500 pies sobre el terreno para realizar una espera controlada mientras emiten imágenes a la estación de control en tierra en la propia base.
Los cuatro aviones espía españoles se encontraban en Herat desde mediados de marzo y para su manejo fueron enviados un total de 36 militares. Son del modelo Searcher MK II-J y cuentan con un alcance de 300 kilómetros y unas 12 horas de autonomía de vuelo.
El Ejército español invirtió 14,37 millones de euros en la compra de estos cuatro aviones espía fabricados por una Unión Temporal de Empresas integrada por la compañía israelí IAI (Israel Aerospace Industries), Indra y EADS.
El modelo adquirido fue el Searcher MkII-J, que permite vigilar un perímetro superior a los 300 kilómetros de extensión sin salir de la propia base. Su uso es diurno y nocturno y puede realizar acciones de vigilancia, obtención de información y reconocimiento en profundidad de zonas.
El modelo español está dotado del motor más silencioso de toda la gama ‘Searcher’, lo que reduce el riesgo de detección y, por tanto, las posibilidades de derribo. De ahí que exista un gran interés por conocer los motivos de la caída del aparato. Los aparatos disponen de una cámara optoelectrónica multimisión, que incorpora una tecnología de imagen con varios millones de píxeles de resolución, además de sensores CCD e infrarrojos. Además tiene un grabador digital que se suma a los sistemas vía satélite.
Tras la caída, los militares recogieron las piezas esparcidas por el suelo con el objetivo de intentar reparar el aparato y proceder a su estudio para investigar las causas del accidente. Es lo único que se puede hacer ahora.
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