¿Y ahora qué?
Esa es la gran pregunta que nos hacemos muchos agricultores cuando vemos el precio de la cebada o el trigo en las últimas semanas… ¿Y ahora que? Nos hemos pasado un año entero soportando las críticas de tertulianos, pseudo ONG, expertos mundiales que saben de todo y de nada… por los precios desmedidos, hablan ellos que tienen sus buenos sueldos y poltronas, que estábamos percibiendo por nuestros cereales; que desde aquí aseguraban desde distintos foros, desde Santa María del Páramo, éramos los responsables del hambre en el mundo; que por nuestra culpa el pan estaba por la nubes, que éramos los responsables de la desaceleración, de la crisis o como lo quisieran llamar… Pero ahora, ya no dicen nada cuando la materia prima sigue bajando y el pan, sólo es un ejemplo, mantiene sus precios cuando no los incrementa, o cuando los agricultores y los ganaderos estamos pagando el gasóleo, los abonos, la luz eléctrica o lo piensos a unos precios que hacen inviables muchas explotaciones…
Esas voces críticas no se oyen ya y casi es mejor así que no escuchar lo que la máxima responsable de la Agricultura de la región se dedica a lanzar por su boca. “Cosecha récord”, anunciaba como si se tratase de la comentarista de la natación tras otra exhibición de Phelps. Más la valía a la segoviana mantener la calma pues todas esas afirmaciones sólo contribuyen a bajar un precio que, aunque se establece muy lejos de aquí, sus responsables siempre están atentos al más mínimo resquicio para bajarlo e incrementar los beneficios de los intermediarios.
Si Clemente quiere hablar de récord que no se olvide de los del gasóleo, los piensos o los fertilizantes o si quiere otros pues tiene el de su Plan de Desarrollo Rural que es el documento del que más se habla pero del que menos se conoce y mucho me temo que va a batir la marca del ‘Plan fantasma’ que vamos a tardar en conocer los hombres y las mujeres del campo. Eso sí que es un récord olímpico.
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