Weylandt sigue la estela de Boonen
El velocista belga estrena su palmarés en la ronda y Contador sigue su plácido camino hacia Madrid
C. de Torres Valladolid
El belga Wouter Weylandt, del equipo Quick Step, se alzó con la victoria al sprint en la decimoséptima etapa de la Vuelta, entre Zamora y Valladolid, de 148 kilómetros, en una veloz jornada que se cerró a 44,7 por hora.
Weylandt, de 23 años, suplantó a su compañero de Boonen, que se quedó cortado al final y no disputó el triunfo. Y lo hizo fenomenal. El Quick Step lanzó el último kilómetro y el corredor de Gante impuso la ley del más fuerte.
Weylandt, un ciclista de la nueva hornada de llegadores, celebró la mejor victoria de su palmarés tras pasar la línea con un tiempo de 3.18.48, a una media que no tuvo nada que ver con la del día anterior, en la jornada de ‘huelga’.
La de ayer fue otra etapa de transición, camino de la capital, que no cambió el decorado en la general, inamovible desde la salida de Asturias. Alberto Contador (Astana) dio otro paso hacia la historia, ya le quedan cuatro días para convertirse en el primer español que gana las tres grandes.
Después de la jornada festiva con final en Zamora, el pelotón volvió a tomarse en serio la competición. No había puertos de salida, ni emboscadas al final, solo el páramo castellano y un sol castigador. Pronto se marcharon a buscar su día de gloria dos españoles: Pedro Horrillo (Rabobank), el filósofo del pelotón, muy hábil con la pluma, y el cordobés José Ruiz, del Andalucía.
Fue una escapada condenada de antemano, pero los dos valientes se lanzaron al horizonte. En la primera hora, se cubrieron 46 kilómetros, en la segunda 44, o sea, que a ese ritmo el guión del sprint final estaba escrito. La máxima diferencia del dúo aventurero llegó a los 8.26 minutos. Siempre estuvieron bajo control del gran grupo, pero por si fuera poco, el viento de costado se presentó en las inmensas llanuras vallisoletanas en los últimos 20 kilómetros.
Se formaron algunos abanicos, se produjeron cortes en la zona de Wamba, con repechos incómodos. Circunstancias que obligaron al Astana a vigilar al frente del colectivo. Algunos se llevaron un susto, como Boonen o el alemán Zabel, éste último castigado también con un pinchazo.Una oportunidad para los aspirantes del sprint, esos que siempre pierden ante las grandes figuras. Wouter Weylandt apareció en medio de la vorágine, aguantó desde lejos y cruzó la raya de meta por escasos centímetros.
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