‘Wall-E’, cine animado con sabor a obra maestra
Aunque parecía imposible superar a la magistral ‘Ratatouille’, Pixar ha elevado el listón de calidad para entregar la mejor película de animación del estudio hasta la fecha | Otros robots que nos provocaron cortocircuitos emocionales
Director: Andrew Stanton. Intérpretes: Ben Burtt (Wall-E), Elissa Knight (Eve), Jeff Garlin (capitán), Fred Willard (Shelby Forthright), John Ratzenberger (John), Kathy Najimy (Mary), Sigourney Weaver (ordenador de la nave). Duración: 98 minutos. Género: animación.
Sinopsis. ¿Qué ocurriría si la humanidad debiera abandonar la Tierra y alguien se olvidara de apagar al último robot? Tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido (limpiar el planeta), Wall-E descubre una nueva misión en su vida.
Cartel español de ‘Wall-E’
Pixar
Lo mejor. Aunque suena a frase recurrente cuando se trata de una nueva película de Pixar, Wall-E es una obra maestra de la animación, uno de esos clásicos que se recordarán durante años. Sin ánimo de desvelar demasiados detalles del argumento, la primera media hora de Wall-E, en la que no hay un sólo diálogo, es un sentido y melancólico homenaje a genios del humor físico como Buster Keaton o Jacques Tati.
Pero no hay que preocuparse, porque el resto del metraje no desmerece. Tan sólo hay que arrellanarse en la butaca y dejarse mecer por la fantástica partitura de Thomas Newman, asombrarse ante la perfección formal de escenarios y personajes, leer entre líneas el agridulce mensaje ecológico y social de la película, emocionarse con las andanzas del torpe robot y salir del cine con el estómago encogido de nervios, justo como cuando te enamoras.
Lo peor. Esa manía de las productoras de contar demasiado detalles de la trama en el tráiler. Wall-E se disfruta aún más si se desconoce el argumento antes de entrar en la sala de cine.
Recomendable si te gustan E.T., el extraterrestre (Steven Spielberg, 1982), Cortocircuito (John Badham, 1986) o El gigante de hierro (Brad Bird, 1999).
No te gustará si no tienes corazón. Es imposible resistirse a la ternura y humor de este antihéroe tan chaplinesco.
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Otros han dicho
A favor. “Muy cerca de lo sublime, es una película de la que se hablará y disfrutará durante muchos años”. Dallas Morning News.
En contra. “La película es inconexa y decepcionante. Empieza en forma de poesía y acaba convertida en producto”. Salon.com
Presupuesto y recaudaciones. Wall-E es un trabajo de artesanía animada que ha costado 180 millones de dólares. Tan sólo con la taquilla estadounidense (200 millones de dólares hasta la fecha) ya se han compensado los costes de producción. En el resto del mundo ha recaudado casi cien millones de dólares más, y aún está pendiente de estreno en algunos países.
Curiosidades. La idea de Wall-E surgió en 1994, cuando aún estaba en fase de producción la primera película de los estudios Pixar, Toy story. En una comida en la que compartían mesa los fundadores de la compañía, Andrew Stanton, John Lasseter, Pete Docter y el difunto Joe Ranft, se empezaron a barajar argumentos para posibles películas. Según Stanton, “una de estas ideas fue la de un pequeño robot al que hubiesen abandonado en la Tierra y que nadie se acordó de apagar. Era como un pequeño personaje de Robinson Crusoe”.
Para tratar de conseguir la máxima fidelidad a la realidad a la hora de crear a los personajes, los realizadores y el equipo de animación se reunieron con técnicos que diseñaban robots de verdad, visitaron a científicos de la NASA, asistieron a conferencias sobre robots y revisaron un gran número de películas clásicas (desde cine mudo hasta películas de ciencia-ficción).
Entre el batallón de animadores que ha dado vida a Wall-E y a los impactantes efectos visuales de la película, como esas tormentas de arena que tanto asustan al robot, están tres españoles: Rodrigo Blaas, Enrique Vila y Carlos Baena, que nos contaron algunos de los secretos de la película.
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