VIII Reencuentro de los niños asturianos de la Casa Covadonga
Más de un centenar de personas se sumaron a las muchas ‘emociones’
Estefanía Niño La Pola de Gordón
Aquellos niños, hoy adultos, que pasaron una etapa importante de sus vidas en la Casa Infantil Covadonga (Preventorio), se reunieron ayer en el VIII Reencuentro organizado por la Asociación Pro Gregorio Marañón. El doctor Marañón que creó un extraordinario sanatorio infantil alrededor del año 1941, con el objetivo de sanar a niños, en su mayoría procedentes de Asturias, de enfermedades respiratorias. El clima de Gordón era beneficioso para ellos, y por eso La Pola se ganó el sobrenombre de “pulmón de España”.
Por octavo año consecutivo, la Asociación, presidida por María del Carmen Cepedal, reunió a más de un centenar de personas procedentes de todos los rincones de Asturias. Al encuentro no solo acudieron los niños que estuvieron en el sanatorio, sino que vinieron a la cita con sus familiares, hijos, nietos y amigos. Se mostraban emocionados con su llegada al pueblo, y explicaban la situación de los distintos edificios, a pesar de la evolución por la que ha atravesado la localidad. Uno de los ‘niños’ de la casa infantil, explicaba a su nieto las comodidades de las que disfrutaba entonces, recordando con alegría la pequeña piscina con la que contaba el sanatorio. Durante la jornada tuvo lugar una misa solemne en la iglesia parroquial de La Pola de Gordón, y un pasacalles amenizado por dos bandas de gaitas asturianas, que hicieron las delicias de los presentes. Tras la ceremonia tuvo lugar la charla y la entrega de la placa homenaje a aquellos que estuvieron en la casa infantil durante los años 1951, 1952 y 1953. El concejalde Cultura, Juan José Miguel García Zaldivar, se mostró agradecido durante la charla “el hecho de que hablen de La Pola y la recuerden, para nosotros es motivo de agradecimiento, tanto si lo hacen viviendo aquí físicamente, como en ese momento en el que se reúnen en sus casas y hablan de sus vivencias alrededor de este pueblo. Desde este municipio, lo menos que podemos hacer es agradecerles ese cariño, ese respeto y esa fraternidad que tienen hacia nosotros”.
Las actividades continuaron con la ofrenda floral a Gregorio Marañón en los jardines del preventorio. Durante la tarde, ese espacio público, fue el escenario del concierto de las bandas de gaitas y de unos ‘culines’ de la típica sidra asturiana. Alrededor de las 19:00 horas, tuvo lugar la despedida de esta VIII edición, aunque con la certeza de que el próximo año volverán a verse.
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