Vieja Europa
El reciente conflicto entre Rusia y Georgia me ha recordado, y mucho, el título de la segunda parte de La rebelión de las masas, “¿Quién manda en el mundo?” y su hipótesis, fechada en 1930: si Europa no se decidía a hacerlo, nadie mandaría en el mundo. (Resulta ahora interesante recordar que añadía la observación de que tal ejercicio sólo se podría llevar a cabo si surgía algo así como unos Estados Unidos de Europa).
Mandar, en el sentido en que empleamos el término aquí significa imponer por la persuasión o/y la fuerza, un conjunto de reglas morales y pragmáticas que las sociedades acatan como una especie de acuerdo de mínimos. Esto es lo que Europa había creado desde mediados del siglo XIX hasta el estallido de la Gran Guerra. Pero como ya se ha dicho, Europa se suicida en ese ciclo de guerras civiles de 1914 a 1945 y el ente histórico que surge de sus cenizas no está claro que conserve algo de aquel pequeño saliente de Asia (Valery) que edificó su identidad en oposición consciente a la vastedad asiática. En términos políticos, la democracia griega contra el despotismo persa.
Pero las ficciones, como los fantasmas, pueden caminar a su aire durante bastante tiempo. La caída del muro de Berlín fue una buena ocasión para que la Unión Europea reaccionara. Con “reaccionar” quiero decir recuperar el pulso histórico y responsabilizarse del presente, aun sabiendo que no podía mandar en el mundo.
No lo hizo cuando el “Genio maligno” de la Historia la puso a prueba. Me refiero al conflicto de la antigua Yugoslavia, en el que Europa —en el doble sentido de “UE” y como conjunto de Estados?, no supo reaccionar ni política ni moral ni históricamente.
Rusia ha leído muy bien los hechos y presentado, en consecuencia, sus credenciales de potencia imperial asiática, invadiendo Georgia. Todos los hechos menudos que sirven a Putin para justificar su gesto ante la comunidad internacional y a la UE para mirar a otro lado y no distraernos del alcance genuinamente histórico de esa guerra mínima a orillas del mar Negro y encima de otro mar de gas y petróleo.
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