Víctima de los furtivos
Cojos, mancos… la búsqueda del oso del Bierzo con un lazo concluye sin éxito: las posibilidades de sobrevivir son muy pocas
Manuel C. Cachafeiro León
Tiene posibilidades, porque son muy duros, pero aún tiene más de no sobrevivir”. La búsqueda del oso localizado hace un mes en Palacios del Sil, con un lazo en sus extremidades posteriores, ha concluido sin éxito. En esta época del año, es casi un ‘milagro’ dar con ellos porque ya no bajan a las arandaneras, llamadas así por uno de sus platos preferidos, los arándanos. Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, no quiere ser pesimista, pero tampoco es optimista sobre el futuro de este oso macho convertido ya en símbolo de un problema que reproduce una y otra vez: el furtivismo.
Esta misma semana, dos vigilantes de la Fundación Oso Pardo sorprendieron y denunciaron a un vecino del concejo de Ibias, en el Alto Narcea (Asturias), mientras manipulaba lazos de acero ilegales.Y es que, pese a la vigilancia y las fuertes multas, hay quienes siguen colocando trampas en el monte.
La Cordillera cantábrica tiene dos zonas oseras: la oriental, que linda con Cantabria, y la occidental. En este último territorio, de 2.600 kilómetros cuadrados y que se extiende porel Alto Sil leonés y Asturias, y ocasionalmente también por los montes contiguos de Lugo, se calcula que sobreviven un centenar de osos.
Las patrullas de la Fundación han retirado en lo que va de año en el occidente de la Cordillera Cantábrica nada menos que 172 lazos ilegales.
El pasado 20 de agosto, la Consejería de Medio Ambiente puso en marcha un dispositivo extraordinario para localizar a este oso, que llevaba el lazo en torno al abdomen después de lograr arrancarlo, lo que le estaba generando importantes heridas. El objetivo era anestesiar directamente al animal, con el uso de un rifle, para proceder luego a su cura sobre el terreno. Una operación “extremadamente dificultosa” que finalmente no resultó posible ya que los dardos anestesiantes tienen un alcance muy limitado.
“Antes era difícil localizarle, hoy sería una casualidad”, insiste el presidente de esta ONG dedicada al estudio y protección de este plantígrado desde el año 1992. Los osos no tienen un lugar fijo de residencia, sino que se mueven en grandes áreas geográficas. De ahí, la dificultad añadida para localizar de nuevo a este ejemplar cuando ya ha entrado el otoño.
El final de la historia de este oso sin nombre nadie sabe si está escrita o no. Ni es el primero, ni será el último. Entre 1980 y 1994, de las36 muertes de oso en la población occidental, 13 se atribuyen a lazos.
Historias de lazos las hay con diferente final. En noviembre 2001, dentro del trabajo de control de la población osera que se realiza con cámaras automáticas dentro del Parque Natural de Somiedo, en Asturias, se localizó un ejemplar adulto al que le faltaba por completo su mano derecha, consecuencia de lala lucha por zafarse de un lazo. En 1997, un joven macho quedó atrapado en un lazo dispuesto para los jabalíes en el borde de un prado. Pudo ser liberado tras avisar los vecinos a la Fundación Oso Pardo. En 1999, guardas de la FOP encontraron una zona devegetación destrozada por una osa atrapada en un lazo. El oso «Cuervo», muerto al ser capturado en el marco de un programa de radiomarcaje en Somiedo, presentaba una vieja herida en una de sus patas debida a un lazo…
Historias y una conclusión: la mano dura no ha valido con los furtivos.
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