Valverde fuera de la pelea
El murciano cede más de tres minutos por un fallo de colocación en un descenso
Carlos de Torres Suances
El italiano Paolo Bettini, del Quick Step, volvió a sacar brillo ayer a su maillot de campeón del mundo al anotarse la duodécima etapa de la Vuelta a España, disputada bajo la lluvia entre Burgos y Suances. En ella, Alejandro Valverde se despidió de sus opciones de triunfo al quedar cortado en el puerto de El Caracol y dejarse en la meta más de tres minutos con respecto al resto de favoritos.
El ‘Grillo’ lanzó un ataque fulminante a 500 metros de meta, en una llegada ligeramente en cuesta que le favorecía, para fulminar a sus rivales. Se impuso por delante de sus compatriotas Davide Rebellin, Damiano Cunego y Alessandro Ballan. Junto a ellos cruzó la línea Alberto Contador, y no muy lejos Carlos Sastre y el líder, Egoi Martínez.
Con el pelotón roto en mil pedazos, Alejandro Valverde llegó muy descolgado, a 3.23. Un tremendo despiste le arrebató, una vez más, la posibilidad de adjudicarse una ‘grande’.
El batacazo de ‘Balaverde’, más lento que nadie en el descenso de El Caracol, varió la general en vísperas de las etapas asturianas, con el Angliru como primera piedra de toque, después, eso sí, de la jornada de descanso de hoy. El jefe de filas del Caisse D’Epargne pasó del cuarto al undécimo lugar, y se encuentra ahora a 4.19 minutos del primer clasificado. Otro patinazo en una prueba de lustre. Para muchos, ya van demasiados.
Egoi Martínez (Euskaltel) salió del aguacero con el maillot oro. Lo defendió con uñas y dientes, quizá por última vez. Partirá hacia la montaña con 11 segundos de margen sobre Levi Leipheimer y con 29 en relación a Alberto Contador, cuyo equipo, el Astana, sacó petróleo del error del adversario. Carlos Sastre (CSC) estuvo en su sitio y es cuarto a 1.38. Ezequiel Mosquera e Igor Antón conservaron sus posiciones, mientras que Dani Moreno (Caisse D’Epargne) sufrió los efectos colaterales del fallo de su líder. De un plumazo, pasó del puesto 8 al 13.
Jornada complicada
Agua, frío, viento, niebla… No faltó nada de todo aquello que puede repeler a un ciclista cuando va encima de la bicicleta. Se trató de un día de perros, de auténtica supervivencia, en el que el principal objetivo debe ser llegar a la meta sin ningún hueso roto.
A pesar de todo, la jornada aportó salsa desde el principio. El Alto del Caracol, puerto de segunda categoría, pasará a la historia de la Vuelta por ser en su descenso en el que Valverde se dejó la carrera. El murciano se quedó cortado y ya no pudo enlazar con el resto de los ‘gallos’.
Todo el combinado se quedó con su jefe de filas, que vio con auténtica desesperación cómo no hubo manera de enlazar con el tren delantero, en el que, por si fuera poco, se mezclaron intereses de todo tipo. El Astana se dejó la piel para eliminar a un rival de Contador, y los equipos de los sprinters realizaron relevos supersónicos para sus ‘guepardos’.
Con el paso de los minutos, se fue prolongando la agonía de Valverde. Con Suances al alcance de la mirada, nadie aflojó el ritmo. Pocos pudieron resistir, pero por allí andaba, como casi siempre, Paolo Bettini. El italiano, con un enorme caudal de experiencia a sus 34 años, dejó hacer a todos los demás. Sin embargo, en el momento idóneo atacó y se llevó la victoria.
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