Valporquero es holandés
El campeón de Holanda, Boom, gana la etapa reina; su compatriota Poels, virtual vencedor
César F. Buitrón Valporquero
Sólo son dos segundos de renta. Poco para dar nada por hecho, pero suficiente si no hay accidente o avería inesperada para que Wout Poels, una de las ‘perlas’ de la cantera holandesa se coroné hoy en Ordoño II como ganador de la
19ª edición de la ronda leonesa.
Lo logró gracias a su potencia en los metros finales, apenas en el último suspiro de la subida al mirador de Valporquero, convertida ayer en la otra montaña de los holandeses, como si fuera un Alpe d’Huez en pequeño en la que el campeón de holanda y campeón mundial sub’23 de mountain bike, Lars Boom se sacó la espina de su deshidratación del primer día que le dejó sin opciones de luchar por un triunfo final para el que era uno de los grandes favoritos. Por si ese premio fuera poco para los holandeses, el amarillo iba a parar a las espaldas de otro ‘tulipán’ Wout Poels, del equipo profesional P3 Transfer que se ha revelado como el gran triunfador de la Vuelta a León con dos triunfos en las cuatro primeras etapas y la victoria virtual en la general.
Poels fue el más fuerte entre los aspirantes a la victoria. La carrera se había roto ascendiendo a Aralla y desde allí hasta la meta los candidatos al podio final se dedicaron a observarse. Lars Boom se fue y nadie le siguió. No lo volverían a ver hasta la llegada. Por detrás, con el comienzo de la ascensión a Valporquero empezaron las hostilidades. Era el peor momento para quedarse sin fuerzas y eso fue lo que le ocurrió a la mejor baza del Diputación de León, Carlos Ibáñez que dijo adiós a la Vuelta, lo mismo que José Rafael Martínez, que trató de amarrarse a los primeros, pero tampoco pudo aguantar el ritmo de los tres que iban a jugarse la Vuelta: el holandés Poels, el italiano Terrenzio y el hijo del histórico Vicente Belda. Los tres estaban en el mismo tiempo en la general y los tres encararon juntos los últimos 100 metros en los que Poels demarró y sacó apenas 15 metros a los otros dos. Suficiente para aventajarles en dos segundos que pueden valer su peso en un maillot amarillo este mediodía en Ordoño II.
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