En el año 2012 se publicó la biografía de David Foster Wallace firmada por el periodista D.T. Max y titulada Todas las historias de amor son historias de fantasmas. La devoré en poco tiempo, sin ser un apasionado del difunto novelista retratado. Max me convenció de la complejidad del personaje detrás de algunas de las novelas más celebradas de la literatura estadounidense contemporánea y gracias a él aprendí a apreciar lo que ya había leído de él y a lanzarme sin miedo a sus obras más abstrusas (ya saben de cuál hablo). Por aquella época busqué el origen del título de la biografía, una frase muy sugestiva que de alguna forma se ha convertido en un mantra para mi trabajo fuera del periodismo. Encontré un artículo escrito por el propio Max en The New Yorker, el medio en el que él mismo ha trabajado durante años. Lo pueden leer aquí.
Me ha servido también para introducir mi crítica de una de las películas más potentes y extrañas del año, A ghost story. Se puede leer aquí, junto a una reseña de La batalla de los sexos.
Comentarios recientes