“Te quiero fuera de esa casa”. Así de directo y contundente se ha mostrado el juez D. Greenwood, del Tribunal Supremo Estatal de Nueva York, al ordenar el desalojo de Michael Rotondo, de 30 años, de casa de sus padres.

Hace ocho años, Rotondo regresó a casa de sus padres tras perder su empleo. Con el paso del tiempo, sus padres llegaron a escribir varias cartas al joven para que abandonara el hogar, ya que como se refleja en los documentos presentados al tribunal, no ayudaba con los gastos familiares y tampoco con las tareas domésticas. En una de las cartas, incluso, los padres ofrecían dinero a su hijo para empezar una vida fuera de nuevo: “Aquí tienes 1.100 dólares para que puedas encontrar un lugar para quedarte”. También le animaban a generar ingresos propios: “Hay trabajos disponibles incluso para aquellos con un historial laboral pobre. Consigue uno… ¡tienes que trabajar!”.

Ante la negativa de Michael, sus padres decidieron presentar una demanda de desalojo. “No veo por qué no podemos esperar un poco a que salga de casa”, le dijo Michael Rotondo al juez, que calificó de “escandalosa” la petición del joven de que tenía que tener un preaviso de seis meses antes del desalojo.

El abogado de los padres dijo al juez que no tenían ninguna “obligación de mantener” a su hijo de 30 años y que buscaban “vender su casa y mudarse a un lugar más pequeño que se ajuste a sus necesidades”, según recoge ABC News.

Rotondo tiene previsto apelar la decisión judicial. En declaraciones posteriores al juicio y transcritas por The Washington Post, el hombre aseguraba que no estaba listo para mudarse de casa de sus padres y que se mantenía a sí mismo con su negocio, sin entrar en más detalles.