Una visión aristocrática que chocó con las ideas sobre conservación de la República
F. Fernández León
La eterna batalla en lugares como Picos de Europa y otros parques nacionales es la de la convivencia entre los vecinos del lugar y las ‘imposiciones’ que supone una figura de conservación como es el Parque Nacional.
Jaime Izquierdo y Gonzalo Barrena creen que no está en Picos bien resuelto este conflicto, que ha habido dos momentos fundamentales para hacerlo (en su creación y en los años 60) y no se resolvió adecuadamente. Para otros es un paraíso natural en el que se cifra la pervivencia de la comarca.
Los ‘críticos’ señalan al analizar la historia de la conservación de la naturaleza en el último siglo que ésta fue mutando de una visión aristocrática, con el marqués de Villaviciosa, a otra tecnocrática en los años 60 y a otra biocrática actual que “se ha desentendido de los hechos culturales del territorio que, para conservarse, necesita una actividad económica y cultural que lo mantenga. Si no es así no se conserva”.
En la primera etapa se produjo el ‘sindrome Yelowstone’ con aquel singular personaje que fue el marqués de Villaviciosa, el primero en ascender el Naranjo de Bulnes (bien es verdad que con la inestimable ayuda de un lugareño, ‘El Cainejo’). “Su modelo de ‘parque Yelowstone’ no tiene cabida en España, choca con las ideas de la República que, de hecho, no desarrolla ningún parque nacional en España, se apuesta por otras figuras, como los ‘sitios de interés natural’, que son muy diferentes pues pretenden ser gestionados democráticamente y entendiendo que hay comunidades culturales dentro con las que hay que contar a la hora de gestionar”.
El franquismo acaba con aquellas ideas y “entre 1936 a 1960 lo que hay es olvido. Los pastores vuelven a ocupar los lugares sin ningún control y en los años 60 aparecen los tecnócratas que recuperan las ideas del Marqués de Villaviciosa, viajan a ver parques en Estados Unidos, extinguen el pastoreo y realizan verdaderas barrabasadas”.
Corren nuevos tiempos. Se pasó de creer que la conservación es incompatible con el ganado a decir que es necesario la ‘convivencia’ entre conservación y ganado. Pero ahora está desapareciendo el ganado, sobre todo las ovejas.
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