Una postura crítica pero responsable
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que ayer presidió en Ponferrada el acto de inauguración oficial del curso académico 2008-2009 en Castilla y León, recordó que el nuevo curso arranca con la puesta en marcha de “la polémica asignatura conocida como Educación para la Ciudadanía”, una materia que, según señaló, a la Administración autonómica “no le gusta en absoluto cómo está planteada”. “No es pacífica”, añadió Herrera para explicar las posturas enfrentadas en la propia comunidad educativa y también entre el PP y el PSOE. Sin embargo, pese a la discrepancia abierta con el Gobierno de la Nación, la Junta impartirá la asignatura. Aunque no esté de acuerdo con sus postulados, no ha hecho como en otras comunidades gobernadas por el PP como Madrid y Valencia. Esperanza Aguirre se ha propuesto que no se dé en las aulas de los colegios madrileños mientras que en tierras valencianas se ha llegado al esperpento de impartirla en inglés. Herrera, que en todos estos meses de polémica no se ha significado en ningún momento por su postura frentista, está haciendo lo que se debe hacer. Discrepar se puede discrepar siempre. Convertir la Educación en un arma política es muy peligroso. PSOE y PP deberán llegar algún día a un principio de acuerdo sobre qué modelo educativo debe implantarse en España de una vez por todas. Ya está bien de enfrentamientos. Ahora Educación para la Ciudadanía es el centro de la batalla contra la asignatura de Religión, pero antes ya hubo otros episodios de desacuerdo. España, Castilla y León, necesita una educación para todos, de calidad, con los medios más modernos, acorde con uno de los países más desarrollados del mundo.
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