Una operación sin precedentes demolerá el Windsor pieza a pieza
Desmontar el esqueleto carbonizado del edificio Windsor va a ser una compleja y costosa operación no exenta de riesgos y sin precedentes en Espańa que puede durar alrededor de un ańo. Deberá realizarse de modo artesanal y asegurando la zonas más debilitadas por el intenso fuego. Ese es el diagnóstico provisional de los especialistas que asesoran al Ayuntamiento de Madrid, según explicaron ayer fuentes de la concejalía de Urbanismo.
Los bomberos declararon extinguido el incendio a la una de la madrugada de ayer, tras 26 horas de combustión ininterrumpida a más de 800 grados de temperatura. Al mediodía, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció oficialmente lo que los expertos ya habían vaticinado de modo unánime: que la demolición de lo que queda del Windsor es “irreversible”. El problema es ahora cómo se lleva a cabo la operación, rodeado como está el edificio por otros inmuebles y, sobre todo, por el laberinto de subterráneos plagados de comercios, párkings y líneas de metro que se encuentra bajo la torre.
PAGARAN LOS PROPIETARIOS Como primera medida, el consistorio ya ha decidido subrogarse la responsabilidad de los trabajos, que luego cobrará a los propietarios. El siguiente paso será enviar a los especialistas de los bomberos y del servicio de control de la edificación. Los técnicos sólo podrán entrar en la torre a la una de la madrugada de mańana miércoles, 48 horas después de la extinción. Es el tiempo que tardará en enfriarse por completo el corazón del rascacielos.
Si el examen de la estructura revelara un riesgo inminente de derrumbe, probablemente habría que realizar voladuras controladas, con el dańo consiguiente que la enorme masa del edificio causaría en las construcciones vecinas. Aunque el hundimiento no está descartado, todos los expertos coinciden en vaticinar que la estructura de hormigón, aunque deteriorada, aguantará.
Gallardón se mostró igualmente “esperanzado” por el buen comportamiento del edificio una vez apagado el fuego. “El frío y el viento han contribuido a un rápido enfriamiento que resta posibilidades al desplome”, declaró el alcalde. Durante todo el día de ayer se produjeron desprendimientos de material, pero sin importancia, según los bomberos.
La demolición será una tarea de titanes. Genaro Alas, uno de
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