El acceso y la salida del Hospital de León por la calle San Antonio supone desde hace una semana la necesidad de sortear una glorieta que parece ser ‘invisible’ para muchos vehículos. La necesidad de conectar esta zona con el nuevo aparcamiento y con la ronda ha hecho precisa la construcción de esta rotonda que de acceso a la nueva vía que permite esta conexión. No obstante, esta intersección supone un gran obstáculo para los coches que bajan hacia Mariano Andrés o hacia Peña Labra. Según ha comprobado La Crónica, son muchos los conductores que no se percatan o que se saltan esta glorieta, girando directamente hacia Peña Labra o haciéndola en dirección prohibida hasta que la señal les obliga a desviarse para bajar a Mariano Andrés sin encontrarse con el tráfico que circula en sentido contrario. El mayor problema es para los autobuses, que tienen que maniobrar para hacer la rotonda, aunque muchos ‘pasan’ de esta intersección.