Una fiesta para ‘vender’ León
La celebración de la fiesta de las Cantaderas, con el desfile de carros engalanados y pendones por las calles del viejo León, reunió ayer a miles de personas en la capital leonesa. A los discursos y el boato oficial se unió la degustación de la típica morcilla. Y todo con buen tiempo, que sirvió para coronar una jornada que anuncia la fiesta de San Froilán del próximo domingo. Pese a la crisis, ni el sector hostelero ni los hoteles de la ciudad se pueden quejar de un fin de semana donde se realza lo mejor de León. Se podría decir que ambas fiestas representan ese leonesismo auténtico alejado de vanidades políticas y anclado en la tradición de siglos. León debe saber apostar por este inicio del otoño para fortalecer su sector turístico. Y a los actos se deben sumar en futuras ediciones promociones en ciudades próximas para convertir a la capital leonesa en destino de fin de semana. Ya lo es para muchos asturianos, madrileños o vascos, pero aún debe ser más conocido. Entre otras razones, porque en los actos de las Cantaderas y San Froilán –como en las Cabezadas– se puede disfrutar de la amplia oferta que, sin duda, tiene esta ciudad: patrimonio, gastronomía, ambiente en las calles, comercio, actos culturales… El mercado conocido como de turismo de interior es cada vez más competitivo, porque en todas partes se están promoviendo rutas y grandes actos. León ofrece muchas cosas como para ‘competir’ en igualdad de condiciones. Algunas ciudades próximas como Gijón se promocionan incluso en grandes cadenas comerciales con tarjetas que incluyen descuentos en tiendas y rebajas en hoteles y restaurantes. A la crisis hay que echarle también imaginación, y más en una ciudad donde cada vez más ciudadanos viven del turismo.
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