Una familia con mucha clase
La nueva edición del torneo Teconsa confirma su consolidación con una nómina de gran calidad
Jorge Callado
Santiago, enviado especial
Llegaba la cita más esperada para los amantes del golf y al final se cumplieron todas las previsiones. La tercera edición del trofeo Pro-Am Teconsa confirmó lo que se venía digiriendo desde su nacimiento. Su plena consolidación y uno de los eventos que más caché, ambiente y nivel presenta en este tipo de competición.
Un año más, Santiago de Compostela fue el escenario elegido para esta cita. El campo de golf del Aeroclub de Santiago sirvió para disfrutar de este torneo que contó con una importante cartera de participantes que dejaron de manifiesto una sobrada calidad que hizo subir enteros el recorrido de los 18 hoyos con los 22 profesionales que también acudieron a tierras gallegas.
Cerca de un centenar de golfistas quisieron despedir este campo a lo grande (tiene los días contados ya que sus terrenos van a ser expropiados para la ampliación del aeropuerto) y de hecho al finalizar el campeonato se vivió una gran expectación ya que ningún grupo de participantes marcó la diferencia en todo el recorrido y hasta horas después no se supo el equipo ganador de esta tercera edición.
Y entonces apareció Carlos Chousa, un veterano experto en este deporte que sorprendió a todos con un gran recorrido que sirvió también para sumar dentro de su equipo, el más regular, para entrar en la historia de este ya clásico torneo. Junto al profesional leonés, desde hace dos años ya de adopción, se sumaron al éxitoFernando García Armendáriz, Enrique Fernández Fernández y Guillermo García Martín. El seis bajo par de Chousa se unión al 21 bajo par total de todo el equipo, un registro muy apurado ya que entre los primeros y los segundos tan solo hubo un golpe de diferencia. El equipo que lideraba Carlos Balmaseda junto con Miguel Martínez, Carlos Baro y Manuel Fernández se quedó a la puertas, aunque también disfrutaron de ese segundo puesto.
Fue sin duda uno de esos días donde este torneo de golf fue la mejor disculpa para una gran reunión familiar entre un importante grupo de amateur y profesionales que dieron mucha más calidad a un torneo que ya se ha convertido en una de esas citas marcadas en el calendario en color rojo.
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