El Valle Gordo ofrece espectaculares paisajes, arquitectura tradicional y paz

Existe un Valle del Silencio, espectacular; un valle silenciado (Riaño) y también valles con silencio, lugares en los que se ha instalado la paz de la mano y la voz de los pocos habitantes que quedan en ellos. Uno muy significativo podría ser el Valle Gordo, en Omaña, un lugar para disfrutar y en el que se hace imprescindible hablar con los vecinos que quedan, gentes con muchos recuerdos, con muchas historias que contar de sus viejos afanes y trabajos, en este lugar que fue tierra de madreñeros y músicos, el apellido Rubio está ligado a estas tierras.
La propuesta es salir desde antes del comienzo del valle, para detenerse a visitar el castillo de Benal deEl Castillo, uno de los emblemas de la comarca pero que trístemente se encuentra muy olvidado pese a su rica historia, vinculada a uno de los apellidos más ilustres de esta tierra: los Quiñones, de los que fue su primera fortaleza, documentada ya en el siglo XIV.
Pero no es este recorrido para ver fundamentalmente historia, la paz, el paisaje y su arquitectura tradicional son el mejor cóctel. Ya lo escribía Grinda: “ Gruesos muros de piedra para proteger del frío en los inviernos, tan duros, la pizarra en el tejado para que resbale la nieve y la madera de sus bosques”.6