Un tipo con clase
Yencima se nos muere Paul Newman. Por si el mundo fuese aún poco sórdido ycutre, desaparece la dosis de elegancia, arte e ironía que representaba este caballero insultantemente guapo y inevitablemente simpático.
Aquí, mientras arranca nuestro doméstico y animoso Festival de Cine, la definitiva ausencia del buscavidas se suma al absurdo aburrimiento del trapicheo político. ¿Qué película hubiera protagonizado Newman con el guión que le regala el Bierzo? ¿Hubiera soportado el hastío de oír, día tras día, las polémicas lugareñas que repiten una soporífera sintonía de años?
El cine traerá estos días a Ponferrada la compañía luminosa de Silvia Abascal y nuestra Mapi Galán. Se encontrarán a un Bierzo constantemente peleado consigo mismo, al Consejo Comarcal y la Junta enredadas en su eterna bronca estéril, a los partidos empeñados en enturbiar un poco más los efluvios tiznados de la política.
Y, para colmo, Paul Newman muere al otro lado del mundo, sus ojos azules dejan de cruzar el océano y brota el luto hasta en las claras de los huevos duros que engulló en ‘La leyenda del indomable’. Así estamos. Teníamos poco y se apagó un camarada de esos que parecen que van a acompañarnos y a invitarnos a una cerveza mientras juntos esperamos a la batalla final.
Habrá que refugiarse en el sofá y tirar de videoteca. Toca repasar ‘El golpe’ o ‘Dos hombres y un destino’. Así, al menos, tendremos un buen rato para olvidar el absurdo traqueteo que nos rodea y para despedir con la penúltima sonrisa a un tipo con clase. Por lo que parece, cada vez quedan menos.
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