Un peregrino de Guinnes
José Miguel Puertas llega a Ponferrada en su 23 peregrinación jacobea consecutiva
Francisco Labarga Ponferrada
Su nombre es José Miguel Puertas, pero eso ya no importa, porque para todos en el Camino de Santiago es Pepe, el Peregrino de La Rioja, un hombre cuya hazaña, podría figurar en el libro Guinnes de los récords, sino fuera porque él no busca otra recompensa que rellenar año tras año su ‘compostela’ con los sellos de todos los lugares emblemáticos del Camino.
La hazaña del Peregrino de La Rioja es que lleva peregrinando a Santiago de forma ininterrumpida nada menos que 23 años. En todo este tiempo ha completado miles y miles de kilómetros sin otro objetivo que plantarse ante el sepulcro del Apóstol cada 25 de julio después de haber completado toda la Ruta Jacobea, desde Francia hasta la ciudad compostelana. En todo este tiempo Pepe ha hecho millares de amigos a lo largo de todo el Camino y es uno de los principales y más fiables transmisores de noticias e informaciones jacobeas entre los diferentes albergues. No sólo se lo reconoce por su peculiar aspecto, sino porque cada año reparte centenares de pequeñas calabazas jacobeas que él mismo cultiva en el vivero forestal donde trabajaba, porque acaba de prejubilarse: “Este año he repartido unas 600 o 700 calabazas”.
Como no puede llevarlas todas encima, carga unas cuantas en la voluminosa mochila y el resto se las hace llegar su familia en varios envíos: “En Astorga recibí una caja con unas 150”. Cada calabaza tiene un lazo y un sello con una cruz de Santiago y un lema que reza: “Buen Camino, peregrino”.
Dentro de dos años cumplirá 25 de su asombrosa peregrinación. Sin embargo, ello no le preocupa especialmente, porque vive intensamente cada jornada: “Lo único que le pido a Santiago cada año es que me dé salud para volver al año siguiente”. Por lo visto, el Apóstol le ha concedido ese deseo, pues a sus 64 años goza de una salud y una capacidad física envidiable, algo a lo que él colabora recorriendo cada año unos 3.000 kilómetros a modo de entrenamiento por los montes de su Rioja natal. En cualquier caso, confiesa que le gustaría que la peregrinación número 25 partiera de Roma y no de Francia como en el resto de ocasiones.
Ayer pasó por Ponferrada, donde quiso aprovechar la ocasión para visitar la basílica de La Encina, aprovechando que es el centenario. Su paso por el Bierzo, aunque fugaz, no deja de ser significativo, pues es un diario vivo del Camino de Santiago y uno de los mejores embajadores de esta ruta cultural, turística y espiritual.
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