N.P. Jerusalén
Las autoridades israelíes declararon ayer el estado de emergencia en Jerusalén, donde las fuerzas de seguridad y los servicios médicos se mantienen en estado de alerta, tras un atentado ocurrido a primera hora de la mañana en el que murieron cuatro personas y una treintena resultaron heridas.
El ataque fue perpetrado por un palestino que arrolló con un bulldozer varios vehículos y volcó un autobús en una céntrica calle de la localidad.
El ataque tuvo lugar en la calle Jaffa, en las inmediaciones del cruce de Sarei Israel, donde se llevan a cabo obras de construcción del tranvía de Jerusalén, cuando un joven palestino se subió a la excavadora y comenzó a arrollar a todos los vehículos y peatones que encontraba a su paso.
Según confirmó el portavoz de la Policía israelí, Miki Rosenfeld, el atacante era «un hombre de unos 30 años residente en Jerusalén Oriental», lo que le permitía transitar por todo el territorio hebreo.
«El terrorista fue abatido por un agente y un guardia de seguridad privada», que lograron subirse al bulldozer después de cinco minutos en los que su conductor sembró el pánico y la destrucción a lo largo de la calle Jaffa.
Las imágenes de televisión muestran con nitidez el momento en que los uniformados matan al atacante, al que abaten con cinco tiros a quemarropa y rematan después con varios disparos más.
La facción armada Brigadas de Liberación de la Galilea, grupo desconocido hasta hace poco, asumió la autoría del ataque.