Llevo unos cuantos días impresionado por la falta de escrúpulos y de ética de cierta clase dirigente de este país. Paso a poner algunos ejemplos:
1.- CASO DÍVAR. El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, pasó durante los últimos dos años 20 fines de semana de cuatro días (de viernes a lunes, ambos incluidos) en Marbella. Un vocal del CGPJ denunció los hechos porque, según sus datos, esos viajes fueron pagados con dinero público y eran de carácter privado. Dívar ha quitado importancia a los costes y ha justificado los viajes con supuestas reuniones de trabajo. Finalmente, el CGPJ ha respaldado la conducta de su presidente.
Independientemente de quién haya pagado esos viajes, que en el fondo es lo de menos, aquí lo grave es que el presidente del Tribunal Supremo se permita el lujo de tomarse por sistema fines de semana de cuatro días. Es más, el simple hecho de que en esa institución se hable incluso de “semana caribeña” para referirse a esas minivacaciones que algunos de sus miembros se toman ya debería sonrojar a más de uno. Con la cantidad de trabajo que acumula la Justicia española, no se entiende tanta relajación. Si les sobra el tiempo, que se vayan a cualquier juzgado a desatascar sentencias.
La dimisión de Dívar es obligada. Lo sería en cualquier país democrático de nuestro entorno. Y el respaldo que ha obtenido por parte de la mayoría de sus compañeros de Consejo también les coloca a ellos como cómplices de sus actos. El CGPJ se ha cubierto de gloria.
2.- MENTIRAS EN EL DÉFICIT. Hace unos días el Gobierno comunicó, durante un viernes por la noche, que se veía obligado a corregir el dato de déficit público de 2011 debido a que Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla y León calcularon mal sus números rojos. En el caso de Madrid y Valencia el desvío alcanzó cifras cercanas a los 2.000 millones de euros en cada caso. En Madrid, por ejemplo, el déficit pasó del 1,13% al 2,2%.
Es decir, que una comunidad duplica de un día para otro sus datos oficiales de déficit y aquí no dimite nadie. El consejero de Economía que primero calculó mal, siempre que pensemos bien, y luego se vio obligado a corregir el dato perjudicando la credibilidad internacional de España debería estar en su casa. En un país decente, el día que se anunciaron esos desfases en las cuentas deberían haber presentado su dimisión, como poco, los tres consejeros de Economía/Hacienda de las comunidades afectadas.
Y no puedo dejar de mencionar aquí al Gobierno, que volvió a demostrar un comportamiento muy poco democrático al comunicar los datos un viernes por la noche y justo antes de un puente en Madrid. Eso no son formas.
3.- CASO BANKIA. El Estado ha tenido que intervenir una de las principales instituciones financieras del país debido al pufo descubierto. La broma nos va a salir por un ojo de la cara, pero aquí nadie asume responsabilidades. Bankia y las dos principales instituciones que la crearon (Caja Madrid y Bancaja) fueron siempre un instrumento mangoneado por los políticos en su propio beneficio. Sin entrar a juzgar los desmanes del pasado, sí que está claro algo: si hace un mes el Banco Financiero y de Ahorro (matriz de Bankia) decía que en 2011 tuvo 30 millones de euros de pérdidas y, sin embargo, ahora se nos dice que en realidad los números rojos fueron de 3.500 millones de euros, está claro que alguien debe asumir la responsabilidad por semejante desfase. La mentira no puede salir gratis.
Y, por supuesto, parece una broma pesada que el Partido Popular y el Gobierno estén poniendo pegas a que Rodrigo Rato, Miguel Blesa o Miguel Ángel Fernández Ordóñez comparezcan en el Congreso de los Diputados para explicar la situación.
Por cierto, todos los días me acuerdo de aquellos que estuvieron durante los primeros tres años de la crisis llenándose la boca diciendo que “el sistema financiero español es de los más sólidos del mundo”. O no tenían ni idea de lo que estaban diciendo o nos estaban engañando. Y son precisamente los mismos que ahora que las cajas están cayendo una a una nos dicen que ellos ya lo sabían… En fin.
4.- RECORTES. También llevamos varios días debatiendo acerca de la magnitud de los recortes emprendidos por el Gobierno y las comunidades autónomas en Educación y Sanidad, que incluso han provocado varias huelgas. La situación es muy delicada y probablemente muchos de esos recortes serán inevitables para salir de la crisis, pero lo que no se puede aceptar es que se empiece por ahí el tijeretazo.
Mientras sigan en pie las embajadas autonómicas, las televisiones públicas regionales, el Senado, las diputaciones provinciales, los miles de ayuntamientos enanos… no se deberían acometer recortes en áreas tan delicadas como la Sanidad o la Educación. Que en Cataluña, por poner un ejemplo, se estén cerrando quirófanos y, sin embargo, sigan en pie los seis canales autonómicos de TV-3 o sus 50 embajadas es indignante.
Sabemos que hace falta mucho dinero y que seguramente eliminar lo anteriormente dicho no sumará lo suficiente, pero es de Justicia exigir a nuestros representantes que primero acometan los recortes de lo verdaderamente superfluo y luego, siempre que se necesite más dinero, pasen a tocar lo importante, caso de la educación.
y 5.- RESUMEN. Perdón por todo lo anterior, pero llevaba días mordiéndome la lengua y sin tiempo suficiente para desahogarme escribiéndolo. Dicho todo ello, expreso mi más profunda repulsa por una clase dirigente (jurídica, política y económica) que está actuando sin escrúpulos y con enorme irresponsabilidad en un momento muy delicado en el que nos estamos jugando el futuro. España, secuestrada por una cúpula putrefacta (aunque hay algunas excepciones), está más cerca que nunca de una intervención de la Unión Europea. Y empiezo a pensar que esta quizás sea la mejor solución: que gente de fuera nos ponga la casa en orden visto que aquí somos incapaces de hacerlo.
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