El Huracán deja una gran imagen en su primer test de la pretemporada

Jesús Coca León
No cabe duda de que de nada sirven los resultados en los partidos de pretemporada. Estamos hartos de ver equipos que se lucen en los partidos de preparación, pero cuya imagen acaba siendo tan sólo un bonito recuerdo allá por el mes de mayo, cuando sólo se espera ya a que la decepcionante temporada ponga punto y final. Nadie duda eso, pero no quita para que cuando en el primer test de la pretemporada, con apenas una semana de entrenamiento a las espaldas, con ausencias de hombres destinados a ser importantes y con dos onces distintos en cada tiempo, acabas completando un debut tan ilusionante como el que hizo ayer el Huracán, la ilusión se dispare y se comience a soñar con un año mágico en Trobajo.
En frente estaba un conjunto destinado a ser ‘gallito’ en su grupo de Tercera. El Universidad de Oviedo estaba en Segunda B hace dos años y se metió en fase de ascenso el pasado, pero ayer el Huracán le pasó por encima. No inquietó la portería trepalense en los 90 minutos, y de hecho su gol del honor llegó en los minutos finales, más por un regalo del portero Nacho en una jugada sin peligro, que por mérito visitante.
Y es que sobre el campo se vio a un Huracán muy serio y seguro defensivamente, y que en ataque se hizo dueño y señor del balón, moviéndolo con calma hasta que encontraba la mejor opción. Con los típicos fallos de un equipo con muchísimos jugadores nuevos que aún no se conocen entre sí, pero con la garra y la ambición que aporta la juventud de la mayoría de ellos.
Por si fuera poco, se vio que arriba se ha fichado mucho y bien. Ramírez está destinado a ser el 9 ‘killer’ que marca diferencias en Tercera. En su debut marcó un golazo de cabeza que supuso el 3-1, y tuvo otro en sus botas, pero sobre todo dejó la impresión de constante peligro cada vez que coge un balón cerca del área. Junto a Vila, que inauguró el marcador también de cabeza, puede formar una dupla temible, sobre todo porque tienen quién le surta de balones por las bandas, con el desequilibrante Chuchi, que ayer debutó marcando el 2-1 y dejando detalles de calidad, y un viejo conocido como Alfonso, ausente ayer, pero de cuya clase no hay dudas.
Queda mucho por trabajar y demostrar, pero como aperitivo, el sabor de boca con el que se fueron los aficionados tras este primer encuentro fue inmejorable.