Un coso en continua evolución
La historia de la actual plaza de toros de Espeja es un canto a la ańoranza, a la saudade que impregnó a los pegueros que tuvieron que coger su maleta para ganarse la vida en otras tierras, en otros países. Y, como equipaje, se llevaron los recuerdos como puntal de subsistencia, las escenas de aquel provisional coso taurino que se cerraba con carros en la Plaza Mayor para festejar cada 23 de septiembre a San Lino, el patrono de Espeja.
Debió ser tal la querencia, que muchos de aquellos vecinos que tuvieron que emigrar a tierras extrańas, aunaron esfuerzos para construir en los ańos 70 la primera plaza de toros de fábrica, el primer apunte de lo que hoy se nos presenta.
El ayuntamiento cedió el terreno y los de fuera pusieron el esfuerzo. Levantaron una plaza de bloques, con un coso irregular. Una rampa de tierra servía –hasta no hace mucho tiempo– como baluarte para presenciar los festejos, al tiempo que sujetaba las paredes. Allí los emigrantes y el resto de pegueros disfrutaron de los primeros festejos taurinos en una plaza fija. E, incluso, todavía recuerdan al maestro Pedro Martínez Pedrés –tiene la finca en el término municipal– utilizando el ruedo para entrenarse, para mantener la forma dando unos pases.
En 1993 se hace la primera remodelación. Se aprovechan una parte de los corrales para ampliarla, al tiempo que se le da regularidad al ruedo, quedando fijado en 31 metros de diámetro y facilitando una mejor disposición del público. Tres ańos más tarde se acomete otra reforma: un pequeńo forjado en el que se montarían los asientos, inicialmente de madera, aprovechando traviesas de la vía férrea que pasa junto al pueblo.
Con esta remodelación, se amplía un poco más la capacidad del graderío, basado exclusivamente en la madera como elemento constructivo. En el ańo 2000 se decide eliminar la madera y sustituirla por una estructura de hierro, colocando asientos metálicos que se distribuyen en tres filas, con una capacidad para unas 1.500 personas.
Estas obras de reforma realizadas en los últimos ańos han sido asumidas por el Ayuntamiento de Espeja. El remate, se ha producido en el 2003, cuando se han mejorado los corrales, dotándolos de agua corriente. En estas remodelaciones se han invertido unos 30.000 euros (alrededor de cinco millones de pesetas).
La plaza de toros cobra su esplendor durante las fiestas patronales de San Lino. Se organizan novilladas y se capean las vaquillas que han participado en los encierros, siempre con el respaldo del público.
Por este coso han pasado numerosos novilleros salmantinos, caso de Javier Castańo o López Chaves, incluso repitiendo durante varios ańos. También, dado el ancho del ruedo, se han celebrado algunos festejos de rejones, en los que ha participado el ya exrejoneador mirobrigense Juan Luis Montero Perita .
Dadas las buenas condiciones del coso, el ayuntamiento está sopesando la posibilidad de ceder la plaza para festejos a puerta cerrada, atendiendo la oferta lanzada por una apoderado serrano. Y también, para darle un mayor aprovechamiento durante otros momentos del ańo, el consistorio se está planteando ofrecer al Bolsín Taurino las instalaciones para celebrar alguna prueba de selección.
En fin, una historia de ańoranzas y de compromisos, del pasado y de un presente que quiere hacerse hueco en el futuro.
Fecha de inauguración:
No hubo estreno oficial del coso taurino.
Aforo:
Alrededor de 1.500 localidades.
Ubicación:
El recinto se encuentra situado en la calle Calvo Sotelo, 22; a la entrada del pueblo.
Festejos:
La plaza de toros de Espeja se ha destinado hasta ahora para los festejos patronales de San Lino.
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