Un clásico del Barrio Húmedo
Fulgencio Fernández
El dueño de La Gitana nos muestra viejos papeles del negocio, gloriosas y revenidas fotografías. Salimos a la superficie de la tierra con la garganta y el corazón endulzados por la pipa italiana, gentil y ovalada como un stradivarius del vino”.
Así recordaba Paco Umbral, en su ‘Crónica de las tabernas leonesas’, su visita a la bodega del restaurante La Gitana con el dueño. Ya hablaba de un lugar histórico (el libro es de los años 60), añejo y que se había sabido labrar un prestigio. Eso quiere decir que ahora ya estamos hablando de uno de los grandes clásicos de la gastronomía del Barrio Húmedo, que es tanto como decir del corazón de León.
Y si ‘La Gitana’ ya era un clásico de León cuando estaba en manos de Isaac Herrero, aquel que fuera delantero de la Cultural, no podía ir a parar a mejores manos que las de los hermanos García, Álvaro y Braulio, de Correcillas, los más apropiadospara seguir manteniendo y reforzando las esencias de la mejor cocina tradicional leonesa, del satisfacer el buen comer de las gentes de esta tierras y, como no, del buen ambiente y las excelentes tapas a la hora de tomarse unos vinos por el Húmedo, que en esta tierra es como una religión, un rito con el que no se puede dejar de cumplir.
La cocina tradicional y la calidad son las señas de identidad de este Restaurante ‘La Gitana’, un lugar en el que bien puedes compaginar unos callos de los de siempre o unas mollejas de chuparse los dedos con buen pulpo o pescados variados y carnes de todo tipo, además de los buenos embutidos caseros que ellos mismos fabrican en las montañas de León.
Es muy difícil no salir satisfecho de La Gitana si sabes a lo que vas allí, a comer bien y a degustar cocina tradicional.
Y a ello súmale una agradable conversación. Estos dos hermanos bajados de Correcillas son un pozo de anécdotas, de las mil y una que les han ocurrido en este rincón de la Esquina a la Travesía de Carnicerías.
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