Los cuadros de pequeño y gran formato del joven pintor jienense Juan Francisco Casas (La Carolina, 1976) demuestran el encanto especial que tienen los bolígrafos Bic, con los que dibuja imágenes de la vida cotidiana captadas con su cámara fotográfica. Tres o cuatro de estos instrumentos le bastan para realizar una obra de dos metros.

“Mi trabajo lleva al extremo los dibujitos que todos hemos hecho alguna vez en unos apuntes”, subraya el artista, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada y Premio Nacional Fin de Carrera del Ministerio de Educación y Ciencia.

La galería madrileña Fernando Pradilla acoge hasta el próximo 2 de febrero la muestra Bare(ly) there, que contiene las escenas hiperrealistas llevadas a cabo con un bolígrafo Bic en las que Casas convierte fotos tomadas con un móvil o una pequeña cámara digital.

“Un hiperrealismo maravilloso” 

“Parece que son fotos, pero son dibujos”, explica la directora de la galería, Marielo Góngora, que añade que se trata de “un hiperrealismo maravilloso que refleja el ambiente de juventud”, de “fiestas y amigos con los que está en contacto” el autor, pero con “una característica especial que es que están pintados con un bolígrafo Bic cristal corriente”.

Casas afirma con modestia que pintar con estos blígrafos “no es una ocurrencia genial”. El artista gasta cajas y cajas de Bic al año; “menos mal que son baratas”, dice. A pesar de los problemas técnicos que tiene un Bic, como, por ejemplo, que no te deja borrar -“es mejor equivocarte al principio”, indica Casas-, a él le permite hacer “dibujos de corte realista con un material muy realista”. 

Los precios de sus cuadros, que según el autor “representan momentos cotidianos, banales, realizados con cámara compacta en un momento normal, privado y personal”, van de los 800 euros los más pequeños, hasta los 4.950 euros los más grandes.