10 de Febrero de 2009 | Begoña Gómez

La canción Break even, del grupo The Spirit ( “los nuevos U2” dice el anuncio. ¿No había suficiente con unos?), sería una balada pastosilla más, de esas que los grupos facturan ahora para aparecer en la escena sentida y lenta de una serie –Anatomía de Grey y derivados es culpable de todo un género contemporáneo de pop melódico reciclable-, si no fuera por su videoclip. Que a simple vista también parece uno de tantos.

Blanco y negro. Chico melancólico. Paisaje invernal con mar de fondo. Chaval sufre recordando a su chica mirando unas imágenes de ella en el móvil. ¿He dicho móvil? Ahí está la clave. Porque quien esté viendo el vídeo por internet descubrirá que puede clicar en la imagen ala altura del móvil y esto le conducirá a una web de venta de terminales. Y lo mismo con la guitarra (Les Paul), el coche (Mercedes), el abrigo (Topman) y otros 242 hot spots (así se llaman) clicables en 255 segundos de vídeo.

Según The Times, Natasha Bedingfield y las Pussycat Dolls, autoras de ese himno del nuevo milenio titulado ¿No te gustaría que tu novia estuviera tan buena como yo?, ya están grabando sus vídeos con este sistema, con el que las discográficas lanzan el penúltimo canto de sirena a esa demografía que una vez fue suya y ahora se les escurre entre los dedos, los adolescentes.

Para atrapar a los consumidores de entre 18 y 35 habrá que revisar el catálogo entero de MTV. Ver Thriller no será lo mismo cuando sepamos que clicando en los calcetines podemos comprar tres pares por 9,99. Con PayPal o tarjeta.