Cada vez que el PP gana solvencia al denunciar la incompetencia gubernamental, Mariano Rajoy comete una pifia que le da al desorientado Rodríguez Z un magnífico argumento para atacarlo y humillarlo.
Acaba de ocurrir con esa declaración tan poco meditada, que por mucho que matice ahora parece concebida para el suicidio asistido que nos propone Bernat Soria: “Hay 180.000 extranjeros cobrando paro mientras 20.000 españoles van a la vendimia en Francia”.
La frase trata de culpar a Z de esa falsa contradicción, porque casi todo el mundo sabe que quien cobra el paro es porque ha cotizado antes a la Seguridad Social y ha cumplido con una legalidad que no estableció este Gobierno, sino que viene de décadas atrás y que el PP respetó e incluso mejoró cuando gobernó durante ocho años.
Ha olvidado que el PP presenta el Plan de Empleo Rural (PER) creado en 1986 por Felipe González, como corruptela para que unos 200.000 jornaleros andaluces y extremeños voten al PSOE.
Y no se le ocurre pensar que quizás bastantes de esos 20.000 trabajadores temporales en Francia buscan un sobresueldo mientras cobran el PER, que tampoco exige una dedicación exclusiva que pueda vigilarse.
Lo del presidente del PP más que xenofobia, es torpeza suicida: muchos de los inmigrantes que algún día podrán votar, inicialmente en las municipales, posiblemente son electores potenciales del PP. Hay sondeos que señalan que, los latinoamericanos y europeos del Este, son conservadores atentamente cultivados, por ejemplo, por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, quienes seguramente pensarán que su jefe es un mostrenco.