La noche del viernes 20 de abril hubo una carga policial frente a la sala Arena (calle princesa antes Heineken y ahora Marco Aldany). La información de los grandes medios aparece sesgada según los testigos directos. Bien, como yo estaba por allí procedo a relatar mi experiencia (desde el punto de vista de un crítico musical).
Al otro lado de la calle Princesa se encuentra el club Tempo, dedicado a la música negra donde presentaban su disco Los Fulanos una banda de Barcelona empeñada en rescatar el Boogaloo, el ritmo latino desarrollado en Nueva York entre 1964 y 1968. La banda presenta nuevos temas como el que da título al disco “Si esto se acaba que siga el boogaloo” (lovemonk). Se pudo detectar algunos estribillos infecciosos entre lo latino y el soul. Lógicamente la cosa subió de tono cuando llegaron las versiones como “I Like like that” de Pete Rodríguez o “El ratón” dedicado a Joe Cuba, Cheo Feliciano (el autor) y a Peret (el adaptador al mercado español). Con el ambiente caldeado hubo una descarga con la intervención del trombonista norteamericano residente en Madrid Norman Hoghe, precisión y sabor. La cosa acabó con “Soul drumer” de Ray Barreto y un guaguancó. Total que a la 1, 15 h estaba en la puerta y los hechos en las inmediaciones de la sala Marco Aldany se habían precipitado.
Al parecer había una fiesta llamada “Pintura Paintglow” donde pinchaban Les Castizos y KTH y me di de bruces con los participantes en dicha fiesta, muchos jóvenes Erasmus ataviados con chubasqueros que, al parecer, habían sido desalojados.
¿Por qué?
La sala Marco Aldany era trending topic en la redes sociales y hacia las doce de la noche se formó una cola para entrar en la discoteca que según diversas fuentes llegaba a la calle Ferraz, los disturbios (o peleas) de los que se habla parece que no fueron tales sino que hubo lo de siempre en las colas, tensión, empujones y, por causas no aclaradas, el destrozo del cristal del BBVA. Salta la alarma, acude la policía.
Esta es la explicación de un testigo:
“La discoteca era gratis hasta la 1 de la mañana, lo que hizo que todos los chavales quisieran entrar gratis, formándose la cola que se formo. Los de la sala, muy listos ellos, no dejaron entrar a la gente hasta las 00:30.
La cola no era la normal, eran filas de 6 o 7 personas juntas. Pusieron vallas pero la gente ya estaba muy junta; sobre las 00:45 empezaron oleadas de empujones (queriendo entrar), lo que provoco una situación tensa. En la tercera oleada de empujones, con las vallas puestas, el cristal del bbva CEDIÓ y se rompió, lo que hizo que la gente se volviera loca; después de esto lograron abrir las vallas y la gente salió como pudo, originando otra oleada de gente.
Que sonara la alarma del BBVA hizo que en menos de 5 minutos llegaran 10 coches de policía intentando la situación, pero se les fue de las manos, se liaron a porrazos con la gente que estaba en la cola y lanzaron pelotas de goma, echaron a la gente que si consiguió entrar en la sala, y esta la cerraron hasta estabilizar la situación”. (anónimo)
La policía carga, se despeja la calle princesa y se desaloja la sala, el momento en que yo soy testigo presencial de cómo la policía (antidisturbios), no me deja bajar las escaleras para coger el metro.
El policía está nervioso y es incapaz de contestar a un ciudadano por qué no puede acceder a una calle.
Si quieren mi opinión la culpa la tiene internet, la cola, la crisis, y los nervios de la policía ante la puñetera realidad. Hay poca pasta y las mismas ganas de fiesta de siempre (ver Flamenco y vino). Eso provoca un inmenso botellón de fin de semana. La gente queda para tomarse una copa en la calle y luego las redes sociales hacen el resto.
“Dónde va Vicente… donde va la gente”.
Se consulta el trending topic y ¡zás! Follón.
Así que sugiero que la policía reconvierta las unidades obsoletas y persigan los trending topics de twiter, para así evitar un conflicto donde no lo había.
Comentarios recientes