Tierra de cortezas de plata
Montrondo, un viaje obligado en otoño para recorrer su abedular
Fulgencio Fernández Montrondo
Hay tiempos que piden viajes. Pueblos en los que crece s atractivo en determinadas épocas. Y el otoño es tiempo de viaje a los árboles y los colores. Por suerte, en León sobran destinos con estas características. Durante el mes de agosto hemos propuesto viajes a árboles singulares, sin tiempo. Para hoy la propuesta es a un pueblo, Montrondo, y a un bosque, el de abedules que hay muy cerca de esta localidad omañesa. Un viaje a los árboles de corteza de plata rota, que alguna vez les llaman recordando que su corteza tiene un color blanco, plateado y que con el tiempo se agrieta.
Montrondo siempre merece una visita. Más gente tiene en verano pero en otoño es un remanso de paz, un lugar mágico para pasear, un pueblo bonito y cuidado, en el que además han recuperado un los pilones y ya se sabe que el agua es el más cercano sinónimo de vida, tan pura como el agua.
Cualquier momento es bueno para recorrer este pueblo, pero en invierno corres serio riesgo de frío y nieve pues no hay que olvidar que está a cerca de 1300 metros de altura. El otoño es ideal, sus días de sol son espectaculares en este rincón y el paseo por el abedular debería convertirse en una obligación del otoño leonés.
Para llegar a este bosque es necesario atravesar Montrondo y continuar por el valle, una leve ascensión sin mayores complicaciones hasta llegar al repetido abedular. Un panel explicativo colocado por la Asociación Cuatro Valles te permite conocer todas las características del abedular y los bosques y patrimonio natural de la zona.
Una ascensión que te permite caminar por otro de los rincones mágicos de este valle, ascendiendo por la falda del Tambarón y llegando a una fuente de precioso nombre:la fuente del Miro Viejo, que es justamente el nacimiento del río Omaña.
Aquí se abre un amplio abanico de posibilidades. Para los menos ‘andarines’ puede haber llegado el momento de regresar a Montrondo y seguir subiendopor la ruta señalizada con otro nombre atractivo: ‘Las fuentes del río Omaña’. Un recorrido que nos lleva por una serie de colladas que pueden llegar hasta el Puerto de La Magdalena, donde se encuentra la ermita, de gran sencillez y sobriedad. Desde ella, por el antiguo camino que llamaban delpuerto se puede regresar a una de las cabeceras de la comarca: Murias de Paredes.
Pero no olvides regresar a Montrondo y hablar con sus gentes, escuchar sus historias, que son muchas y tienen mucho interés.
Y mira el otoño.
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