Ayer por la tarde tuve la suerte de acudir al preestreno del piloto de The Following, en un divertido acto que montó la gente del Canal TNT para bloggers. Nos juntamos unos cuantos locos de las series (47, si no recuerdo mal) en una céntrica cervecería de Madrid para disfrutar con la serie, tomarnos algo y, lo que más nos gusta, hablar de lo que hemos visto (y del resto de series que tenemos en nuestro calendario).
The Following parte de una premisa tremendamente interesante, y el desarrollo del piloto deja con muy buen sabor de boca. James Purefoy interpreta a Joe Carroll, profesor universitario de Literatura, obsesionado con Poe y reconvertido en serial killer. Es también el gran éxito y el gran fracaso de Ryan Hardy (Kevin Bacon), exagente del FBI que le capturó, alcohólico y echado a perder desde que le puso entre rejas. La fuga de Carroll de la prisión estatal en la que espera su condena a muerte da el pistoletazo de salida a una historia en la que, junto a Hardy y el resto de agentes encargados del caso, descubriremos que poco a poco esté fan de Poe ha creado su propia red de serial killers a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Un argumento inicial, como digo, muy prometedor, pero también un poco peligroso.
El piloto tiene ritmo, no rebaja la tensión en ningún momento y nos regaló algunos de esos sustos que los amantes del género de terror adoramos (en la proyección hubo varios gritos y risitas nerviosas). Es también cruel y gore en algunas de las escenas (la primera groupie nos regala la más impactante a poco más de 10 minutos del comienzo del episodio) y, en definitiva, no decepciona. Está hecho para los amantes de ese género a medio camino entre el thriller y el terror, y, fundamentalmente, para los fans de la saga Scream (entre los que sin duda me cuento). Todo él tiene un cierto aire noventero que te traslada a Woodsboro sin que te des cuenta. Pero no es sólo la ambientación la que lo hace. El ritmo, la sucesión de sustos y chistes tontos, la idea de un asesino en serie al que le salen fans de debajo de las piedras…
Destaca además en una temporada de estrenos bastante decepcionantes, lo que implica un riesgo añadido. Y esta vez no por culpa suya, sino por el hambre de series imprescindibles que tenemos los seriéfilos. Sin embargo, nada es perfecto, y The Following no es una excepción. Alguno de los actores deja bastante que desear (la pobre Maggie Grace parece condenada a papeles muy secundarios que desaparecen rápido) y hay un par de agujeros en la trama que me llamaron bastante la atención (si alguien me explica cómo sabe Hardy que la primera fan psicótica se llama Annette que me lo explique). Sin embargo, quizá su mayor defecto (y a un tiempo su virtud) es que pone demasiada carne en el asador. Pasan demasiadas cosas: Carroll escapa, termina lo que empezó con el personaje de Grace años antes, descubrimos la aventura de Hardy y la exmujer de Carroll, los encantadores vecinos gays se muestran no tan encantadores, ídem con la niñera, Hardy vuelve al FBI con todas las de la ley, Carroll es apresado y el culto, descubierto. Y todo eso en 42 minutos. Así que ¿qué queda para los restantes 9 capítulos? Y, sobre todo, ¿van a ser capaces de bajar el ritmo sin decepcionar? Porque asumo que hacer una temporada así y no quemar la serie es prácticamente imposible…
Y no hablemos ya de la ingente cantidad de secundarios que usan (la cara de Shawn Ashmore me estuvo atormentando toda la proyección, hasta que al final pude reconocerle como Iceman, de la saga X-men). Si mantienen ese ritmo los costes de producción derivados sólo de los salarios de los actores van a ser astronómicos (veremos lo que opinan en FOX).
De mutante a agente del FBI, siempre defendiendo a los débiles
Es difícil saber por dónde va a tirar The Following. La sombra de los procedimentales planea peligrosamente sobre ella, dejando lo que podría ser una gran serie en una sucesión de capítulos en los que el equipo especial del FBI resuelva uno o dos asesinatos por capítulo, simplemente. O, en el mejor de los casos, arrojándonos miguitas de una trama más seriada (la necesidad de Carroll de montar esta venganza orquestrada) en cada episodio. Por suerte, The Following tiene a Kevin Williamson (Scream, The Vampire Diaries, Dawson Crece) como creador y guionista, lo que puede garantizar unas cuantas vueltas de tuerca en el desarrollo argumental.
Habrá que esperar un par de capítulos para ver la dirección que toma. Pero yo, desde luego, de momento la compro.
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