Entre la nostalgia y el estudio etnográfico de la música española en Cuba antes de la revolución de 1959.
En el primer disco se presenta artistas cubanos interpretando coplas y motivos españoles en la radio en los años 50. Hay mucho exotismo, caso de Omara Portuondo interpretando a Enrique Granados, Celia Cruz cantando a la virgen de la Macarena o la Orquesta Aragón con los “Clavelitos 1�7. Hay algunas joyas inmarcesibles.caso de “La violetera 1�7 por Paulina Álvarez en una fusión con el guaguancó. Abelardo Barroso realiza una versión sublime de “La hija de Juan Simón 1�7 que luego serviría a Celia Cruz para realizar una de las improvisaciones más celebradas de la historia de la salsa (el montuno de “la Bemba Colorá). Celeste Mendoza (en la foto) interpretó en su fabuloso primer disco el cuplé “Nena 1�7, obra cumbre del desamor desbocado en abismos pasionales.
El segundo disco recopila a los artistas españoles que triunfaron en Cuba: los Chavales y los Churumbeles de España, Los Xey, más un pelotón de nombres patrios que hicieron las américas: La Piquer, Lola Flores o Antonio Molina. Aquí prevalece la nostalgia de los cubanos de los años cuarenta. Éxitos añejos que tapan el sol con un dedo, aún quedan tesoros ocultos.
“La Habana era una fiesta 1�7 (Vampisoul)
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