Junta y Fundación Oso Pardo intentan salvar a un ejemplar que agoniza atrapado por un lazo

Diana Martínez Ponferrada
La imagen habla por sí sola. El joven plantígrado tiene la cintura desgarrada por la presión de un cable de acero en el que quedó atrapado hace ya varios días.
La fuerza de la que hizo uso para arrancar la trampa de los furtivos del árbol a la que estuviera enganchada le ha provocado unas heridas que pueden resultar fatales. El lazo sefue incrustando en su cuerpo hasta hacerle una herida visible desde centenares de metros, eso sí, con el telescopio.
La Junta de Castilla y León y la Fundación Oso Pardo trabajan intensamente en colaboración con el Principado de Asturias, la Comunidad de Cantabria y especialistas del parque de Cabárceno para salvar al joven oso, que vaga desde haceunos días por los montes de Páramo del Sil.
Según explica el representante en la zona de la Fundación Oso Guillermo Palomero,“fue un vecino de Páramo, quien dando un paseo vio al oso herido y nos dio aviso el pasado día 17, al que tenemos que agradecerle su colaboración”.
Tras varios intentos, el martes día 19, miembros de la Fundación consiguieron fotografiar al plantígrado con la técnica ‘digiscoping’, aplicando una cámara fotográfica a un telescopio para poder vigilarlo desde larga distancia y evitar así entrar en su hábitat y causarle molestias.
Cuando comprobaron el estado de gravedad en que se encontraba el oso, la Fundación decidió dar a viso a la Junta de Castilla y León, quien inmediatamente colaboró para coordinar el dispositivo de emergencia e intentar salvar a ejemplar.
“Tiene el lazo muy apretado y le constriñe el abdomen a la altura de los riñones, tiene ya heridas muy graves, está muy delgadocon lo que vemos que lo está pasando muy mal”, explica Palomero.
Aún así, han podido comprobar que el oso “se mueve y le hemos visto comer arándanos. Creemos que es un macho porque tiene el pelaje muy oscuro, pero no lo hemos podido certificar. Lo que sí hemos visto es que es un ejemplar joven”.
Ya con la intervención de los especialistas de las diversas instituciones y entidades se montaron dos equipos con diversos especialistas, veterinarios, guardas y tiradores especializadas, con el objetivo de lanzarle el oso un dardo anestesiante y poder acercarse a él para curarlo. “De otro modo sería muy difícil su superviviencia, tendría unas posibilidades bastante escasas porque la herida es grave profunda y puede infectarse en cualquier momento”, aclara Palomero.
El primer intento de lanzarle un dardo hace dos días no resultó fructífero. “Es muy difícil hacer blanco en un animal salvaje en pleno monte, explica Guillermo Palomero”, pese a que los guardas son tiradores muy especializados.
Pese a las dificultades de la operación, el dispositivo sigue de guardia para lograr el objetivo de salvar al joven oso. Hay dos patrullas de vigilancia, una de ellas financiada por Caja Madrid, todo dirigido por personal de la Consejería de Medio Ambiente.
Todo este trabajo de casi una veintena de profesionales está destinado, en la práctica a rescatar a un único ejemplar, pero simbólicamente a toda una especie cada vez más en peligro.