Solana informa de que Irán “no da una respuesta clara” al fin de su programa
EFE Ginebra
Las enormes expectativas depositadas en la conferencia entre Irán y las principales potencias mundiales implicadas en la crisis nuclear no tardaron demasiado en defraudarse. Apenas a media tarde, tras la primera reunión entre Said Jalili y los representantes de Francia, Reino Unido, China, Rusia, Alemania y, por primera vez en más de 30 años, de EEUU, el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, que dirige la cumbre, se mostró extremadamente directo a la hora de mostrar su frustración.
“No tenemos una respuesta clara (…) no hemos recibido un sí o un no y esperamos que se dé pronto2, señaló el español en referencia al paquete de incentivos ofrecido al país de los ayatolás para que abandone su programa atómico.
La indefinición de Irán echa así un jarro de agua fría sobre la esperada presencia del subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de EEUU, William Burns, quien ocupa el tercer lugar en la jerarquía de la diplomacia estadounidense. Pese al alto rango de su enviado, Washington ya dejó claro que su hombre solo escuchará y no participará formalmente en las discusiones.
No obstante, ello no le impidió declarar que Irán “tiene que elegir entre la cooperación o la confrontación, lo que aumentaría más su aislamiento internacional”. La última oferta incluye la novedad de que abriría la posibilidad de un período de contactos previos.
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