Silencio y rabia en el funeral por la última víctima de ETA
Los líderes políticos quisieron sumarse al último adiós por el brigada Luis Conde de la Cruz en una íntima ceremonia presidida por Zapatero
OTR-Press Madrid
Centenares de personas quisieron arropar ayer con su presencia y sus aplausos a la viuda y al hijo del brigada asesinado por ETA Luis Conde de la Cruz en Santoña (Cantabria) en la madrugada del lunes. Un funeral celebrado en la Academia de Artillería de Segovia, que estuvo presidido por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, sirvió de emotiva y solemne despedida a la última víctima de la barbarie terrorista. Al sepelio, que se celebró a puerta cerrada y en la más estricta intimidad a petición de la propia familia del finado, también acudieron la ministra de Defensa, Carme Chacón, el de Interior, Alfredo Pérez Rublacaba, el presidente del Congreso, José Bono, y el líder del PP, Mariano Rajoy, entre otras personalidades. Llamó la atención la presencia del consejero vasco de Interior, Javier Balza.
A las 12,00 del mediodía se organizaron concentraciones silenciosas de cinco minutos a las puertas de los Ayuntamientos en toda España en recuerdo de la última víctima de ETA.
El funeral, que se celebró en la más estricta intimidad por expreso deseo de la familia, fue oficiado por el obispo de Segovia, Ángel Rubio, y concluyó con los himnos de Artillería y de España. El féretro con los restos mortales del brigada abandonó la Academia cerca de las 11,30 horas, portado por alumnos de la Escuela Básica de Suboficiales, compañeros del hijo del militar asesinado, Iván, y seguido por decenas de coronas de flores, rumbo hacia Valladolid, donde serán incinerados en el cementerio de Las Contiendas.
Luis Conde recibió la Medalla al Mérito Militar, con distintivo amarillo, concedida por el presidente del Gobierno a título póstumo. Zapatero colocó sobre el féretro la condecoración, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll, fue el encargado de entregar a la viuda la bandera junto con la medalla y la gorra.
Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando la viuda, María Lourdes Rodado, y su hijo Iván abandonaron las instalaciones de la Academia entre los aplausos de los centenares de personas que se encontraban a las puertas del edificio. Segovia guardó cinco respetuosos minutos de silencio, así como Santoña, el último destino del finado.
El Parlamento vasco también homenajeó a Luis Conde con una ofrenda floral frente a la escultura en homenaje a las víctimas del terrorismo que preside la entrada a la Cámara y en la que participaron todos los grupos de políticos, salvo el PCTV. La presidenta del Parlamento, Izaskun Bilbao (PNV), leyó la declaración de condena de las últimas acciones terroristas aprobada el lunes por la Mesa de la Cámara, que expresa el rechazo del Parlamento a este asesinato e incluye el compromiso de “seguir trabajando por la libertad y la democracia, combatiendo sin descanso a quienes tratan de imponer a este país un proyecto totalitario”. La dirigente del PNV invitó al acto a los militares de alta graduación de la zona y el lehendakari Ibarretxe tuvo los feos gestos de llegar con 15 minutos de retraso al acto -espera que se hizo interminable para Bilbao- y negar el saludo –al principio– a los representantes del Ejército español.
Sus Majestades los Reyes también rindieron su homenaje a la última víctima de ETA y guardaron un minuto de silencio antes de participar en la celebración de la cuadragésimo segunda edición de la Fiesta de la Vendimia de Cariñena (Zaragoza).
En Bruselas, en la sede del Parlamento Europeo, un centenar de personas encabezadas por el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios del Ejecutivo comunitario, Joaquín Almunia, quisieron sumarse al inmenso dolor imperante.
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