“Sí, hay futuro”, sentencia Eduardo Punset
El científico invita a superar el sempiterno ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’
Eduard Punset, en Madrid.
S. Cherkaoui
Para firmar hoy un ensayo titulado Viaje al optimismo. Las claves del futuro (Destino), hay que ser un provocador o apellidarse Punset.
O conjugar ambos. El transgresor Eduardo Punset presentó ayer en Madrid su particular manifiesto optimista para enfrentarse a los tiempos que tocan. Economista antes de convertirse en el autor de divulgación más leído de España, habló de la crisis como de “esa gotera” que aparece en casa: “Uno ha de preguntarse por qué. Sólo cuando se conocen las causas es el momento para buscar soluciones”, aseveró.
Ministro para las Comunidades Europeas con Adolfo Suárez, Punset presentó a España como “un gran país europeo con grandes virtudes y algunos defectos grandes, entre ellos la cerrazón al analizar la realidad desde la perspectiva derechas-izquierdas“.
Superar esta dicotomía es un primer paso para abrirse al futuro. Otro, renunciar al recurrente cualquier tiempo pasado fue mejor que jalona muchos discursos. “Ni fue mejor ni cada vez las calles son más inseguras. [El psicólogo] Steven Pinker demuestra que la violencia y la delincuencia están disminuyendo”, zanjó.
Llamen a los jóvenes
Para Punset, la especie humana ha sobrevivido gracias a los jóvenes y al optimismo. Si venían mal dadas, se pensaba en los jóvenes para ejercer el liderazgo. No como hoy. Ni rastro de jóvenes en los comités de sabios y consejos de asesores… “donde abundan los viejos, si no los chimpancés”, critica Punset, que entiende que, ante esto, el 15-M o Occupy Wall Street “hayan llamado a una puerta cerrada innecesariamente”.
En cuanto al optimismo, era una consecuencia directa de vivir en manada -“Si hoy cuidáramos de las relaciones personales habría un 30% menos de personas tristes”, cifra Punset-. Por eso, cuando se quería castigar a alguien se le echaba de la cueva: “Era el mayor desprecio. Era la muerte”.
Las claves
1. Crisis. “No es planetaria, es de ciertos países, cinco o seis, que han gastado más de la cuenta. Pero también hay otros que están creciendo mucho y otros a los que esto les da igual”.
2. Esperanza de vida. “Crece 2,5 años por década. Tenemos de 30 a 40 años de vida redundante. Podríamos reducir la jornada laboral a la mitad a los 30 y retrasar la edad de jubilación”.
3. Salud. “La medicina, cada vez más personalizada, ya no se ocupa de las enfermedades sino de los cuerpos. Esto nos permite predecir y tomar el control de nuestra vida”.
4. Desaprender. “El ser humano odia cambiar de opinión, traicionar a la tradición heredada, pero debe desaprender un montón de tonterías, como el trabajo competitivo, no colaborativo”.
5.Gestionar emociones. “Las competencias de antes no dan trabajo a los jóvenes. Se debe enseñar a controlar la ira, a distinguir el miedo, que paraliza, de la ansiedad, que es necesaria”.
6. Redes sociales. “Lo que nos diferencia de los animales no es el idioma, sino las técnicas de comunicación digital y las redes sociales, que nos permiten un intercambio constante”.
El apunte
‘Control del elemento’ para trabajar distinto
Mirando a un surfista tomando una ola en California Punset percibe lo que es “controlar el elemento”. Esta sensación debe trasladarse al trabajo. Si la gente controla su elemento -muchas veces a costa de muchas horas de trabajo y un esfuerzo considerable- las sociedades aprenderán a trabajar de otra manera.
Frente al exceso de información, intuición
Para Punset, la intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón. O más, dada “la inmensidad del inconsciente” y el “tamaño irrisorio de la conciencia”. “Para razonar hay que tener toda la información disponible y el tiempo necesario para analizarla. Si no, hay que fiarse de la intuición”, culmina.
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