Erisenaori.betelgeuse… Querido Enrique: pienso que no le faltaba razón al poeta-historiador patriciense, Marco Anneo Lucano (ya sabes, el nieto y sobrino de aquellos otros dos insignes cordobeses, como él, los Lucio Anneo Seneca; uno el Viejo , el retórico, y el otro el Joven , el filósofo, el estoico, el más guay), cuando dijo en su Pharsalia nostra que el hombre no muere, si su muerte vive … Sobre todo cuando la memoria psíquica de los que aún estamos en el andén de la última estación, mantiene la vigencia de episodios vividos con capacidad para empujar alguna lágrima en el recuerdo… Y eso ocurre contigo, amigo, con tu marcha que, aun acaecida hace seis ańos (Ąqué barbaridad!), nos trae a algunos la sensación de que continúas viviendo, en carne y hueso, porque tu evocación está presente entre nosotros; al menos entre quienes nos resistimos a entrar en el corralillo de la amnesia… ĄYa me entiendes!… Bueno, el caso es que aquí me tienes –Ąsemper fidelis !–, un ańo más, en función epistolar para contarte algún sucedido de los últimos meses, ponerte al corriente de algún chismorreo o plantearte alguna quisicosa salmantina.

Pero antes de proseguir, vaya por delante la noticia de que en La Serna se mantiene, incólume, el espíritu de sosiego de siempre (me refiero al que tejisteis con amor Luisa y tú, con vuestros hijos), aunque en el libro de incidencias está anotado que Tron decidió hacer las maletas y marcharse de este mundo con un filosófico y escueto guau; quizá decepcionado porque nadie tomase en serio su pose de victoriano coronel de cipayos… żNo estará contigo en Betelgeuse, contándote sus cuitas?… Pero sabrás que, antes de irse, Tron dio el visto bueno al que iba a sustituirle: un sujeto simpaticote, confianzudo, que responde al nombre de Remo y que cuando lo vi por primera vez, me recibió como si hubiésemos hecho la mili juntos… żDe dónde le vendrá el nombre de Remo ?… Por educación, nada le he preguntado… Desde luego, no creo que tenga algo que ver con el gemelo de Rómulo , ni que sepa nada del Tíber, ni de la gruta del Ficus ruminalis , ni del ama Lupercal ; salvo que haya mediado un episodio de metempsicosis… No obstante, me preocupa que el nuevo chucho caiga en sospechas de la policía local, pues me consta que trabajan en la búsqueda de un embadurnador de fachadas en las que los graffiti Remo, Remo, Remo, se repiten obsesivamente por toda Salamanca, desde hace ańos.

No sé si habrá llegado ahí, a través del Rigel Herald , o el Bellatrix Post o The Betelgeuse Times (L´Osservatore Romano Universale habrá guardado silencio) la noticia sobre el culebrón de los anónimos de Casa lis … ĄQué escándalo y qué desfachatez!… Pero como es una historia que está sub iudice , entiendo que no es correcto airearla en profundidad, aunque la indignación ciudadana que sentimos pida lo contrario… ĄOjalá que Pedro Pérez Castro termine venciendo en el contencioso abierto!… Desde luego, los procederes de la actual regiduría municipal salmantina, nos traen el recuerdo de aquel otro alcalde de Dos Hermanas que, autoritario, llegó a abolir el Concilio de Trento… Cuando todo se aclare y tengamos fallo judicial, te lo haré saber.

Algo que te hubiese gustado ver fue la reciente exposición antológica sobre la obra y cosas de nuestro recordado amigo Mariano Sánchez Alvarez del Manzano, repartida entre Garci-Grande y La Salina. Visitándola, reviví aquella tarde en la que estuvimos los tres (él, tú y yo) charlando sobre la didáctica del arte y del saber ver , en su chalé de la carretera de Madrid. żRecuerdas?

Y para finalizar, quiero que sepas que tu querido abuelo, don Ricardo Marcos, el siempre respetado y buen maestro de Santa Marta de Tormes, nos tuvo engańados a todos, pues en vez de nacer en el siglo XIX, acabamos de enterarnos que vino al mundo en Buenos Aires (Argentina), en 1946, y que se hizo especialista en Jorge Luis Borges y su obra; si hacemos caso a lo que en otro papel salmantino se acaba de publicar seriamente , dando noticia de la santamartense calle de tu abuelo, cabe de la otra que lleva tu nombre… ĄQué cosas hay que ver!

Cierro ésta mi carta estelar, Enrique, robándote las últimas cuatro palabras del último artículo que publicaste en EL ADELANTO, antes de marcharte para Betelgeuse: Que siga la fiesta … Un fraternal abrazo de tu siempre amigo.

*Escritor