Rowand Mountalá ‘el León de África’
El potente luchador africano se metió en la final de semipesados
Fulgencio Fernández Prioro
Rowand Mountalá, ese potente luchador africano de eterna sonrisa de dientes blancos cobre cara negra, fue ayer como ‘el basilio’ de semipesados, también él se metió en la final de esta categoría en la que no es el favorito pues pese a su incuestionable potencia también es evidente que no conoce muchos de los secretos de la lucha leonesa y tampoco tiene muchas posibilidades de entrenar pues sale todos los días al amanecer de Adrados para ir a trabajar a la construcción en Palencia y regresa con la tarde ya echada y pocas ganas de otra cosa que no sea descansar y jugar con su hijo.
Por eso ayer miraba con esos ojos enormes y felices cuando se sabía en la final después de derrotar en la semifinal a Jonathan. Sentado recibía consejos de todo el mundo mientras su rival en la final, Clemente, en otro lado del corro conversaba tranquilamente con su amigo Héctor sobre las modificaciones para la Liga de este año.
Cada cual le ofrecía a Rowand una solución, un consejo, hasta que alguien le dijo: «Tu no tengas miedo». El chaval respondió sin dudar ni un segundo: «No, miedo no, yo no miedo».
¿Miedo un chaval que salió de su país siendo casi un niño y ha recorrido medio mundo solo, trabajando?, ¿miedo a un luchador aunque sea Clemente? Venga, hombre.
Y lo demostró. Luchó a ‘El Junco’ de Tendal como había luchado toda la tarde, a puro guevo, sin miedo a nada, buscando ganar. Y lo había encontrado en las dos rondas anteriores, pero en la final lo que encontró fue a un luchador que se las sabe todas y él desconoce como librarse de sus mañas. Y perdió, pero abandonó el corro con una indescriptible cara de niño feliz, con la misma cara que cogió el sobre del premio y miró el dinero, que tantas horas en el andamio cuesta ganar.
Mereció la pena el corro por ver su cara, su sonrisa abierta, su felicidad por lo que había hecho y su alegría por lo que había ganado.
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