‘Rabajas’ por la crisis
Fue el duende, como acostumbra en lo nuestro. Así reza el cartel en la misma esquina de uno de los pasajes de Alfonso V. Salvo que sea una fórmula comercial más para que el personal visite el negocio: liquidación por cese, cambio de negocio, o reforma… Por jubilación de la parienta. Se trata de vender y ¡a la mierda los plazos legales! Días de oro y platino –como las bodas–, descuentos por días festivos, dos por uno y tres por dos. Estoy que lo tiro.
Como los del PP en el mismísimo Ayuntamiento. Guada y Alonso se han ido de rabajas políticas y han encontrado a Paco. El de Urbanismo. Que si acusaciones por presunto moobing, que si se paga un curso a costa del Ayuntamiento, que si se escaquea más de lo debido y deja la gestión en manos de sus contratados, que si aparece por San Andrés donde es funcionario, que si la semana de la movilidad se basa en el tranvía, (doscientos kilos), que si soterramos el ferrocarril o templamos gaitas, que si estudios de viabilidad para prolongar plazos en Michaisa… Jesús, las mariogirls parecen haberla tomado con el chico.
De rabajas deben estar en Lagun Air o algo parecido. La aerolínea camina bajo nubes dispersas. ¿Quién pone la pasta? El súper empresario está mising y las franquicias multimedia pueden hacer clac por falta de negocio.
Y el nuevo gran centro comercial, con el que si no pudo la lógica, podrá la crisis. Algún portavoz sindical del terreno constructivo se hacía de cruces, al tiempo que se mondaba de la risa, cuando desde Aleop Javier Vega les hace partícipes del esfuerzo necesario para, con fe ciega (no hay más ciego que el que no quiere ver, osease Z) se evite llegar al nivel del 50 por ciento de paro. Antes de que me pille el desajuste, me voy de rabajas.
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