Pruneda necesita 60.000 euros para ‘mantenerse en pie’
La ermita presenta graves problemas estructurales
Lidia de la Villa Villablino
Unos 60.000 euros, 10 millones de las antiguas pesetas, es lo que se necesita para evitar que la ermita de Nuestra Señora de Pruneda se derrumbe. Una cantidad que ni el pueblo de Rabanal de Luna, en cuyo término se ubica la ermita, ni los fieles pueden asumir.
Con el objetivo de recaudar fondos, se ha abierto una cuenta en el Banco Pastor para que todo el que lo desee pueda dejar un donativo. “Hacemos lo que podemos pero sin una ayuda fuerte de una institución es imposible acometer esas obras”, explica Gemma García, secretaria de la Asociación Montaña de Babia y Luna que, junto a otros vecinos, lleva dos años ‘tocando en todas las puertas’ sin obtener, de momento, ninguna respuesta, “algo que nos sorprende y nos desfonda”, indica Gemma García. Señalar que el número de cuenta del Banco Pastor es 0072 0601 70 0000206990.
Aunque la iglesia necesita una rehabilitación integral, lo que urge ahora es conseguir el dinero que permita evitar que se derrumbe pues si eso llega a suceder, el arreglo del templo costaría mucho más. El principal problema del templo, que data del siglo XIII, es que muchas de las vigas del pórtico están podridas, a lo que se suma las humedades y el mal estado de la cubierta lo que hace pensar que el templo no aguantará otro invierno y más si llueve o nieva mucho.
El peligro de derrumbe preocupa, más si cabe, ahora durante el verano ya que en julio y agosto se celebra misa todos los sábados a las 7 de la tarde, además de la romería que, cada 15 de agosto, congrega a cientos de fieles de las comarcas de Babia y Luna.
Al igual que la ermita de Nuestra Señora de Carrasconte marca el límite entre las comarcas de Babia y Laciana, la ermita de Nuestra Señora de Pruneda divide Babia y Luna.
Así, junto al valor arquitectónico, está el valor simbólico, lo que esta ermita significa para los habitantes de estas comarcas de la Montaña Occidental Leonesa, un lugar de peregrinaje en el que, al igual que en otros muchos monumentos, el paso de los siglos ha dejado su huella.
Este templo, que se ubica en un alto, tiene a su espalda una sierra caliza y a sus pies el río Luna. Por su situación junto a la carretera CL-626, la ermita ha sufrido más de un expolio pero aún conserva el retablo y algunos pendones.
La primera documentación en la que figura la ermita de Nuestra Señora de Pruneda en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo, un códice que contiene 93 documentos escritos en español, de los años del Obispado de Don Gutierre de Toledo (1377-1389). Obispo que, en los años 1385 y 1386, realizó un inventario de las parroquias de la diócesis donde figura la citada ermita.
Si bien, tal como explica Gemma García, hay datos arquitectónicos que indican que existía una construcción anterior como son las puertas de la pared oeste, enmarcadas en sendos arcos que podrían ser visigóticos.
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