‘Princesas de barrio’ la oda al chonismo que echamos de menos
Seis añacos desde que ‘¡A tope de power!’ se coló en nuestro día a día:
Hace ya unos años que a los creadores de aquel docushow llamado ‘Mujeres ricas’ en el que se mostraba la vida de unas señoras muy pijas muy pijas se les ocurrió hacer otro formato televisivo bajo el nombre de ‘Princesas de barrio’ en el que veríamos la andanzas de un grupo de chicas muy chonis muy chonis. Total, que el programa fue lo más porque todos llevamos una choni dentro y nos hizo mucha gracia.
‘Princesas de barrio’ se convirtió en uno de esos programas de los que todo el mundo habla al día siguiente. Y es que era todo tan choni que veías un ratito ‘Princesas de barrio’ y después te mirabas en el espejo, en pijama, sin peinar y te sentías Isabel Preysler. A pesar de no tener malos resultados de audiencia, el docushow emitido en laSexta en 2011 solo tuvo una edición que nos dejó con ganas de más.
Jessi, una madre soltera que soñaba con convertirse en modelo; Iratxe, una ama de casa que quería ser famosa a toda costa; Marta, una gogó de discoteca que vivía por y para su cuerpo y Paqui, una cantante de orquesta que quería grabar una maqueta profesional. Ellas eran las atrevidas protagonistas del programa, cuatro chicas de extrarradio que nos dejaron “muy loquis”. Pero… ¿por qué nos marcó tanto ‘Princesas de barrio”?
Contenidos del artículo
- 1 Quien más quien menos es de extrarradio:
- 1.1 Porque eran chicas prácticas
- 1.2 Porque explicaban las cosas sin pelos en la lengua
- 1.3 Porque nos enseñaron psicología
- 1.4 Porque tenían muy claro lo que querían en la vida
- 1.5 Porque demostraron que ser virgen es una actitud
- 1.6 Porque amaban a Belén Esteban
- 1.7 Porque sabían cómo organizar su economía
- 1.8 Porque eran filósofas del siglo XXI
- 1.9 Porque estaban preparadas para la vida moderna
Porque nos enseñaron dos frases que no hemos dejado de utilizar
Más que ‘Princesas de barrio’ las chicas del programa eran unas reinas de las relaciones públicas. El eufórico “¿¡Qué pasa, loqui!?” que lanzaban en forma de simpático saludo se convirtió en el grito de guerra de toda una generación. Desde entonces, no es raro ver a alguien saludar a amigos e incluso a compañeros con esa alocada frase. Otro hit fue el “¡A tope de power!”. Sirve para todo: como forma de animar y de expresar que estamos con energía o simplemente como coletilla para acabar cualquier frase: “¿Vas a comprar el pan?”, “Claro que sí, a tope de power”, por ejemplo.
Quien más quien menos es de extrarradio:
- ¿Quién se atreve a defender el chonismo?
- Me descargué mis fotos de Tuenti y es lo mejor peor que he hecho nunca
Porque eran chicas prácticas
Que si una acaba de ponerse un chute de silicona para tener más pecho y tiene que seguir con sus cosas, pues coge y se apaña como sea. Eso debió pensar Iratxe, que pudo compaginar su operación de estética con las compras. “A mí no me dolía el pecho cuando me lo operaron. Me metí los drenajes en una bolsa del Stradivarius y me fui de compras”, afirmó tan pichi la princesa de barrio a sus amigas ante la estupefacción y admiración de todos los espectadores que pillamos de lleno en sentido de “antes muerta que sencilla”.
Porque explicaban las cosas sin pelos en la lengua
Cuántas veces queremos decir algo evitando que suene muy bestia y para ello hacemos un símil que al final acaba sonando mucho peor. Eso le pasó a Iratxe, que para no llamar fresca a su compañera de forma directa, recurrió a un paralelismo que nos dejó a todos ojipláticos. Con la contundente frase a cámara de “La Paqui tiene de monja lo mismo que yo tengo himen”, la chica comparó el nivel de bondad y castidad de su amiga con su mismísimo.
Porque nos enseñaron psicología
Sin ser un programa divulgativo de La 2, en ‘Princesas de barrio’ aprendimos a analizar la personalidad de los individuos y a sacar conclusiones prácticas con comentarios como el de Marta hablando sobre Jessi e Iratxe: “Una va de buena pero luego es un bicho por detrás; la otra es un bicho por delante y por detrás”. La Universidad de la Vida.
Porque tenían muy claro lo que querían en la vida
La visita de las chicas a un almacén de cabello humano para hacerse con unas buenas extensiones fue uno de los momentazos del programa. Nada más entrar al local, Iratxe fue directa a transmitir lo que quería: “Quiero el pelo más largo que tengas, quiero parecer un poni”.
Porque demostraron que ser virgen es una actitud
Que lo de llegar virgen al matrimonio es muy antiguo y pasamos de ello, por supuesto, pero admiramos la habilidad de Paqui para hacer un simulacro de virginidad acelerada. Tuvo muy claro cómo hacerlo: “Estuve tres meses sin sexo para llegar a la noche de bodas virgen”. Una frase que nos hizo reflexionar sobre si la virginidad es una actitud o es un hecho. Para que luego digan que este programa no fomentaba el pensamiento crítico.
Porque amaban a Belén Esteban
La mega conocida princesa del pueblo, Belén Esteban, es la Pasionaria de la vida cotidiana. Amada por muchos, la Esteban se ha convertido en un referente de tenerlos bien puestos pero, sobre todo, en un personaje que nos hace muchísima gracia. Por eso nos encanta que Iratxe fuese súper fan de la de San Blas y lo expresase así de claro: “Yo tengo mi Fran como la Belén Esteban [ay, aquellos tiempos], tengo vecina traidora como la Belén Esteban, carácter como la Belén Esteban; lo único que me falta es la hija de un torero, pero bueno, tengo a mi perra”.
Porque sabían cómo organizar su economía
A veces hay que hacer verdaderas acrobacias para poder llegar a fin de mes sin que nuestra cuenta de ahorros acabe desplumada. Quitar un poco de aquí para gastar un poco de más allá o ganarse un dinerillo extra echándole imaginación al asunto. Marta, princesa de barrio, gogó y antigua pretendienta de Rafa Mora en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ lo tuvo claro: “He venido a ver si donaba óvulos, que necesito 1000 euros para ponerme culo”.
Porque eran filósofas del siglo XXI
Las princesas de barrio demostraron ser chicas resueltas porque no había pregunta que no supiesen responder. A su manera, eso sí, pero ellas contestaban incluso mejor que una miss en un certamen de belleza. Como gato panza arriba se defendió Iratxe ante la pregunta “¿Cómo definirías la felicidad?”, de la que supo salir airosa respondiendo “Yo que sé… con el símbolo del euro”. Auténtica filosofía para nuestro tiempo.
Porque estaban preparadas para la vida moderna
Si hay algo que una princesa de barrio destaca es por ser, ante todo, una mujer de mundo. Está claro que, por tanto, el jet lag no es un problema para estas chicas vanguardistas y adaptadas al mundo contemporáneo. “Estoy recién llegada con el jet lag del autobús Toledo-Madrid, pero estoy aquí a tope”, explicaba Iratxe recién desembarcada en la discoteca de turno.
Y así, entre operaciones para ponerse silicona, noches de fiesta al ritmo de música techno y vestuario protagonizado por pendientes de aro y mallas de leopardo, las cuatro chicas de extrarradio de ‘Princesas de barrio’ nos dieron momentazos. El docushow de la Jessi, la Iratxe, la Paqui y la Marta.
Comentarios recientes