A pesar de la imagen de unidad que aparentemente ofrecen a la opinión pública los profesores de religión y la Conferencia Episcopal, no siempre ha habido calma entre ambas. De hecho, en junio de este ańo surgió la noticia de que la Federación Estatal de Profesores de Religión (Feper) había denunciado ser objeto de mobbing laboral, es decir, acoso en el lugar del trabajo. Además, los profesores se quejaban de la precariedad y la indefensión que sufrían. Como responsables de esto, los denunciantes seńalaban a la jerarquía de la iglesia. En la Feper se incluyen 2.000 docentes de los casi 13.000 que hay en los centros públicos de toda Espańa. Por otra parte, la sociedad fue testigo de las manifestaciones de los compańeros de la profesora a la que no renovaron el contrato por haberse casado en el juzgado con un seńor que estaba divorciado. Pero este no fue el único caso de despido denunciado, ha habido más casos de personas que tuvieron que abandonar su puesto de trabajo por una decisión de la autoridad eclesial pertinente.