Poco lendakari y mucho partidismo
Decepcionante para los moderados que albergábamos esperanzas de que recapacitase. Como un nińo pequeńo que coge una pataleta, Ibarretxe adelanta los comicios veinte tristes días; total, lleva de campańa tres ańos con el dinero de todos. Huye hacia delante, sin coraje para encajar la derrota, bien calculada. Poco lendakari y mucho partidismo.
Cierto es que no le quedaba más salida, sobre todo después de haber aceptado aquellos votos interesados de Batasuna que había prometido rechazar. También que los demás partidos fueron muy torpes al rechazar su plan frontalmente; con premuras y sin una discusión sosegada, y antes de las elecciones, han echado leńa al fuego.
Más cierto es que ese plan prefabricado era pura fachada, firmar y punto; negociar, pactar, es empezar juntos de cero hasta llegar a un consenso aceptable para todos, como en Cataluńa, y lo demás, cuento.
Más valiente y arriesgado fue Otegi al ofrecer un pacto, esperanzador pero poco fiable por el giro completo que suponía, al presidente Zapatero. La pena es que ETA le paró los pies. Sin rechazar abiertamente su terror, no se puede presentar a las elecciones; por eso Ibarretxe ha hecho un guińo a esos votantes, para captarlos, no por otra cosa. La llave: los nacionalistas moderados descontentos.
J. K. ERREMENTERIA. Getxo (Vizcaya)
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