Phelps suma a su actuación de leyenda el oro en mariposa
Michael Phelps engrandeció ayer aún más su palmarés en estos Juegos al imponerse en la final de los 100 mariposa con una actuación extraordinaria. Fue su quinto oro, el cuarto individual. Su séptima medalla total. Y también su despedida formal de Atenas. Hoy acudirá a la piscina, pero no para nadar.
En una decisión que no todo el mundo entenderá, el campeón estadounidense se sentará en la grada para ver la final del relevo 4×100 estilos en la que EEUU es el favorito. Phelps ayudó ayer al equipo a clasificarse al nadar en las series y, según las normas de la FINA, le contará también la medalla en caso de que los estadounidenses suban al podio, aunque para alguien que pretende hacer historia no es la mejor forma de acabar.
El adolescente de 19 ańos de Baltimore renunció a competir en el relevo del 4×100 estilos, tras una reunión con los entrenadores del equipo americano, aunque una de las plazas era suya tras superar en la final de los 100 mariposa a su compatriota Ian, campeón del mundo en Barcelona. Phelps dio, incluso, su particular explicación sobre el tema. “Hemos decidido dar la oportunidad a Ian Crocker de competir. Reese, el seleccionador, sabe que tiene que hacer el mejor relevo posible. Vinimos como un equipo y nos iremos como un equipo”, afirmó.
Seguramente, en su decisión también influyó el cansancio, tanto como la generosidad malentendida. Phelps es un atleta que se ha vaciado en las últimas horas, tanto física como emocionalmente, después de nadar 16 pruebas en una semana. Ayer tuvo que realizar un esfuerzo titánico, que confirmó todo su enorme talento.
Ayer se plantó en la final con mejor tiempo que su compatriota Crocker, el hombre que lo había derrotado el pasado mes en las pruebas de selección estadounidense y que ostenta el récord mundial. Unas molestias en la garganta habían mantenido a Crocker por debajo de sus marcas durante toda la semana. Pero ayer pareció encontrarse con las fuerzas recuperadas.
Nada más entrar en el agua, ya encabezaba la prueba y los 50 metros los pasó en cabeza, con 81 centésimas de ventaja sobre Phelps, que dobló en la quinta posición. Sólo tocar la pared, empezó una caza desesperada, y cuando nadie creía en sus opciones, le arrebató la gloria a su compatriota en la última brazadas. Phelps tocó en 51.25 segundos. Crocker, en 51.29. Fueron sólo cuatro centésimas. Suficientes para cerrar una gesta.
Conseguir el cuarto oro individual en unos Juegos es una gesta que sólo habían conseguido unos cuantos elegidos a lo largo de la historia: Spitz, Darnyi, Matthes y Popov. A partir de ahora, este adolescente, que se concentra con la música de Eminem antes de lanzarse al agua, formará parte de ese grupo selecto.Nadie podrá discutirle a Phelps que es el hombre de estos Juegos, pase lo que pase en el estadio. “Todo lo que estoy haciendo es algo con lo que había sońado desde pequeńo”, reconoció esta estrella, a quien desde los 16 ańos se le considera un nadador profesional. “Es la semana más feliz de mi vida”.
EL MAS RAPIDO Junto al doblete de Phelps y Crocker en los 100 mariposa, brilló el triunfo de Hall en los 50, prueba en la que destacaban las ausencias de Popov y Van den Hoogenband. Existían dudas sobre Hall, un excéntrico nadador, a quien diagnosticaron una diabetes. Pero estuvo a la altura. Se impuso con un crono de 21.93.
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