Pena de 9 años y medio por abusos sexuales continuos a su hijastra
Otros 2 años de multa por abusar de la prima de la menor
L.C. León
J.R.P.A. ha sido condenado a nueve años y seis meses de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales a la hija de su compañera sentimental. Además, la Sección Primera de la Audiencia Provincial dicta en la sentencia que procede imponerle la pena de 22 meses de multa con cuota diaria de seis euros a la sobrina de su mujer –ambas víctimas son menores de edad– por la misma infracción penal.
Por otro lado, el condenado deberá indemnizar a la hija de su compañera con 9.000 euros y otros 1.000 para la prima de ésta, en concepto de responsabilidad civil derivada del delito.
La pena se ha visto reducida considerablemente respecto a la petición inicial del Ministerio Público que reclamaba al imputado 14 años de cárcel por un delito de agresión sexual continuado así como tres años de prisión por otro de abusos sexuales.
Según se recoge en la sentencia, no se ha aplicado el delito penal de agresión secuela invocado por el fiscal “porque requiere, como presupuesto, violencia o intimidación y, si no concurre, los actos contra la libertad sexual se han de calificar como abuso sexual”, tal y como ha sido calificado.
Queda demostrado, en todo caso, que ambas menores mostraron con claridad su oposición a los actos realizados por el acusado. Así, en el fallo judicial se detalla que “el acusado es responsable en concepto de autor de los hechos punibles que se le imputan y que han sido consumados”.
J.R.P.A. tampoco podrá aproximarse ni comunicarse con la hija de su compañera sentimental –y hermana de su hijo pequeño– durante un período de diez años. En el caso de la otra víctima, las diversas órdenes de alojamiento tendrán una vigencia de cinco años.
Se consideran hechos probados que el acusado, aprovechando la ausencia de su compañera y madre de una de las víctimas del domicilio que compartían, realizaba actos de contenido sexual desde que la pequeña tenía 6 años. Aún así, no consta que “el imputado dijera a la menor que no le contara nada de lo sucedido a su madre o que empleara cualquier otra expresión intimidatoria para conseguir realizar los actos descritos”.
Igualmente, y con la finalidad de satisfacer sus apetencias sexuales, el acusado –entre el verano y la Navidad de 2006– “con la disculpa de hacer cosquillas” a la sobrina de su mujer intentaba cometer los mismos actos.
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