Paseando el alargapichas por los alfoces
Si don Santos, q.e.p.d., el cura de Voznuevo, levantara la cabeza y viera que en una sala de fiestas de Ponferrada actúa Pipi Estrada y la su Piedra y que la discoteca tiene por nombre La Vaca, se monta en el asiento de atrás de la moto de Nisio y no paran hasta la pensión de una prima que tienen en Madrid, justo según se entra a mano izquierda, donde se sellan las quinielas, en una casa de planta y piso.
A lo que iba, que me esnorté. Resulta que fueron El Tumbao y Farraperas (ET y FP) a ver la actuación y hablar con el tal Pipi, porque resulta que le tienen visto el manubrio o pie de rey en el Interviu y les entró la furfuga de eso no es normal, que eso es de máquina alargapichas. Y como nos han mandado al pueblo una de promoción, de la marca Guisper XL, y la tenemos sin estrenar por miedo a que traiga cuchillas de broma escondidas pues fueron a preguntar si era práctica y a ver la demostración de cómo funciona. Pero, como siempre, no llegaron, el caso es que embarrancaron en un bar de luces coloradas con señoritas que fuman y cuando se fueron a dar cuenta ya estarían Pipi y La Piedra dándole otra mano de minio a la su Guisper XL.
Pero lo peor fue que les salieron los lobos: “Quieren soplar?”
—Coño, otra vez, pero si ya nos mandasteis soplar ayer.
— Nosotros no éramos.
— Pues eran unos que traían monos de la misma empresa.
A ver si nos los vuelven para la hierba. Y el viernes os cuento lo de don Santos.
Comentarios recientes