Otra vez, ¿racismo en la moda?
Editoriales y anuncios se ven envueltos una y otra vez en controversias
El polémico anuncio de Donna Karan.
ADN.es
Adriana Lima, una de las ángeles de Victoria’s Secret, posa con un mono verde militar muy ventilado al lado de dos haitianos de ojos implorantes en la ciudad de Jacmel, al sur del país caribeño.
La campaña de Donna Karan ha sido tachada de racista e imperialista por contraponer prendas de lujo a la miseria del país devastado. La firma, por su parte, se defiende asegurando que lo que quería era reflejar la “vibrante cultura” del país.
No es nuevo. Cada poco tiempo una firma o una revista se mete en líos por llevar, a jucio de algunos, demasiado lejos una idea de inspiración artística. Hace apenas semanas era Vogue Italia (una habitual desde este tipo de polémicas: a más arriesgado el Vogue, mayores problemas, de ahí que el italiano y el francés siempre generen más controversias que la más domesticada versión estadounidense) tuvo que disculparse por referirse a las argollas que lucía una modelo como “pendientes de esclava”.En 2009, la misma cabecera publicó un editorial en el que la modelo Anja Rubik posaba como una socialite de los cincuenta junto a otra modelo negra que ejercía de criada.
La firma Nivea también tuvo problemas por anunciar recientemente su línea masculina utilizando a un modelo negro representado como un salvaje, con el lema “recivilízate”. El hombre post-Nivea lleva el pelo bien cortado y ropa preppy, mientras que el pre-Nivea, representado por la cabeza que agarra en su mano, tiene el pelo afro. El mensaje que sin querer se transmitía era: para civilizarse hay que parecer más blanco.
Más allá de la interpretación que se pueda hacer de la dirección artística de alguna publicidad y editoriales, la industria de la moda vive siempre en entredicho por la escasa diversidad que refleja y porque, cuando lo hace, tiende a “clarear” a las modelos. Incluso a Beyoncé.
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