Los demócratas pusieron anoche punto y final a la Convención de Denver, una reunión que pasará a la Historia por haber nombrado candidato al primer representante de una minoría en EEUU, y por haber logrado cerrar con éxito las heridas y facciones del partido. La cita ha sido una catarsis en todos los sentidos, porque ha permitido dejar atrás las rencillas de las primarias y generar un proceso de renovación que tiene como principal exponente al senador afroamericano Barack Obama.
El político fue proclamado por aclamación, un gesto que permite lanzar un mensaje a los republicanos de que el partido ha cerrado filas y que parte unido hacia las elecciones presidenciales. “Tras esta convención, el grupo demócrata sale más unido que nunca, y con las heridas sanadas”, relató Federico de Jesús, nombrado portavoz para los medios hispanos de la campaña de Obama. De Jesús destacó la importancia que han tenido los gestos y el mensaje que lanzó en la convención Hillary Clinton, quien peleó con fiereza en el proceso de primarias, y cuya derrota dejó muy descontentos a una buena parte de sus seguidores.