Son muchos los rumores que circulan acerca de un nuevo paso adelante en el ya patente entendimiento en la nueva etapa de las relaciones entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero. Tras el pacto sobre la reforma de la Justicia, ahora podríamos estar ante un esbozo de acuerdo en torno a los Presupuestos Generales del Estado para 2009.
Pese a todas las diferencias políticas, el PNV ya ha dicho que apoyará los presupuestos de austeridad del Gobierno socialista. Lo mismo harán, seguramente, los nacionalistas gallegos y, quizá, los canarios. En CiU se abre paso la posibilidad de que se unan a un acuerdo en torno a la confianza del país en una política económica que ya no sería meramente la del equipo de Solbes (y Sebastián), sino la de varios grupos parlamentarios, que aún pueden introducir no pocas enmiendas al contenido del diskette que el vicepresidente económico entregará este martes al Congreso de los Diputados. A ver qué dice mañana Rajoy. Lo que nadie puede olvidar es que el entendimiento entre el presidente del Gobierno y el del PP está llegando tan lejos como para haber pactado en secreto el nombre del sucesor de Francisco José Hernando al frente del Consejo del Poder Judicial.
Los nuevos pactos de La Moncloa encontrarán escollos, especialmente entre los duros de los dos partidos y, por supuesto, entre algunos influyentes fabricantes de opinión que encuentran en la inflexibilidad y el radicalismo el mejor caldo de cultivo para incrementar sus seguidores. Pero no cabe duda de que los sondeos se inclinan hacia la reedición de los pactos, hacia el acercamiento. Estamos, sin duda, ante días cruciales. De momento, Zapatero ya ha anunciado que invitará a Rajoy a La Moncloa para hablar de economía.